Mujeres de edades comprendidas entre treinta y cuarenta años, utilizan ese tratamiento pese a ser fértiles y antes de haber agotado la posibilidad de concebir de modo natural.
Londres (EFE).- Cada vez más británicas evitan las relaciones sexuales y recurren a la fecundación in vitro porque no tienen tiempo o ganas de mantener una relación estable.
Mujeres de carrera, de edades comprendidas entre treinta y cuarenta y pocos años, utilizan ese tratamiento pese a ser fértiles y antes de haber agotado la posibilidad de concebir de modo natural, informa el dominical "The Sunday Telegraph".
Esas profesionales están dispuestas a pagar miles de libras por tratamientos de ese tipo en clínicas privadas pese a sus eventuales efectos negativos.
Muchos expertos en fertilidad creen que la fecundación in vitro brinda a las mujeres más probabilidades de quedar embarazadas que las relaciones sexuales tradicionales: una de tres, en un solo ciclo, si la mujer tiene menos de treinta y cinco años.
En el caso de la concepción natural, las probabilidades son una de cuatro, aunque la pareja tenga una vida sexual activa: es decir al menos tres contactos sexuales por semana.
No lo necesitan
Cada año, alrededor de 43 mil británicas reciben tratamiento de fecundación in vitro, y el costo de un solo tratamiento - aunque a veces son necesarios varios- es de unos 3 mil 650 euros.
Según las directrices del gobierno británico para el Servicio Nacional de Salud, un tratamiento de ese tipo debe administrarse sólo a mujeres de entre 23 y 39 años con un problema de fertilidad claramente identificado o que han sufrido ese tipo de problemas en los tres últimos años como mínimo.
El ginecólogo Michael Dooley, citado por el periódico, afirma que en los últimos cinco años ha sido testigo de un incremento del 20 por ciento del número de pacientes que desean ese tratamiento aunque sin necesitarlo realmente.
"Muchas parejas no tienen vida sexual o si la tienen, es insuficiente. La concepción se ha tornado demasiado clínica. Cada vez se recurre menos al sexo y a las relaciones amorosas en beneficio de la concepción médica", afirma Dooley, que tiene su práctica en Londres.