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Premio injusto

Javier Fuentes de la Peña

el trabajo te obliga a despertarte más temprano que el mismo Sol. Ceder ante los poderosos influjos de la cama es un lujo que tienes prohibido, pues un retardo te puede costar una sanción. Llegas a tu oficina y, de pronto, una avalancha de problemas y pendientes te dan los buenos días. La mañana comienza y la tensión también.

Sin saber por dónde empezar, tomas los primeros papeles, haces algunas llamadas y uno a uno vas resolviendo diversos asuntos, sin embargo, es imposible terminar con tantos pendientes.

El reloj marca las once de la mañana y tú no has parado un solo instante. Quieres tomarte un cafecito pero la tremenda carga laboral te tiene amarrado a la pata del escritorio. Pasan las horas, disminuyen las fuerzas y se incrementa el estrés. El día se hace cada vez más pesado y lo único que puedes hacer para descansar es levantarte y asomar la cara por la ventana de la oficina para respirar aire fresco -con su buena dosis de plomo- y liberarse de la pesada atmósfera en la que has estado inmerso todo el día.

Entre bostezos reanudas tu jornada y, de pronto, timbra el teléfono de tu oficina. Al colgar, brincas de tu asiento sin poder ocultar la preocupación. Algo terrible ocurrió por tu culpa. Intentas remediar la situación como puedes, mientras tu jefe te insulta diciéndote que tu pequeño descuido costará miles de pesos a la compañía.

Has cumplido con tus ocho horas de trabajo, sin embargo, las jornadas extra se han vuelto ya una costumbre desde hace meses. Tu cuerpo te aconseja que ya te vayas a tu casa a descansar, pero tu mente te ordena quedarte hasta resolver todos los problemas.

Por fin llega el momento en que te atreves a dejar la oficina y subes al automóvil para dirigirte a su casa. Al llegar, los niños están dormidos ya y lamentas que haya pasado otro día sin poder verlos. Al acostarte comienzan a desfilar por tu mente todos los pendientes que has dejado en la oficina y elaboras en silencio la agenda del día siguiente el cual no será más relajado que el que acaba de terminar.

Y a pesar de todos tus esfuerzos y sacrificios, no ha llegado el día en que tu jefe te llame a su oficina y, lleno de cordialidad, te anuncie que gracias a tu dedicación durante los últimos años en la empresa, ha decidido darte un bono especial. Eso es un sueño prácticamente inalcanzable, aunque tú dediques la mayoría de tu tiempo al trabajo, y el resto, a recuperar fuerzas para estar listo nuevamente para el trabajo.

Sin embargo, hay personas que pese a realizar el mínimo esfuerzo, de darse el lujo de faltar con el pretexto de estar realizando gestiones, o de estar sentados todo el tiempo sin tener una mayor aportación que la de levantar la mano cuando lo hagan los demás, reciben miles de pesos como compensación por cumplir con la delicada labor de no hacer absolutamente nada. Un ejemplo de estas personas son los regidores.

El tema de los bonos dará mucho de qué hablar conforme se acerquen los días en que habremos de cambiar a nuestros gobernantes. En Francisco I. Madero, por ejemplo, se han recibido ya noticias de la compensación que recibirá cada uno de los regidores, el cual ascenderá a más de 50 mil pesos.

Me llama la atención que los regidores de Francisco I. Madero hayan decidido otorgarse un bono especial por haber cumplido con su trabajo. ¿Acaso ésa no es su obligación?

Francisco I. Madero es un municipio donde existen más carencias que personas. Por desgracia, muchos jóvenes de esta comunidad han tenido que emigrar a Estados Unidos para subsistir.

Los habitantes de Francisco I. Madero son cada vez menos, lo mismo que las esperanzas de tener un mejor nivel de vida. Aunque las autoridades lo nieguen, el futuro en esta población es tan desalentador como el presente.

Ante esta situación, resulta todo una burla que las autoridades de ese municipio autoricen un bono especial por su buen desempeño.

Dar a un bono a las autoridades de Francisco I. Madero, es premio injusto, sobre todo cuando lo único que hicieron fue olvidar su compromiso con los ciudadanos, renunciando a su oportunidad de elevar la calidad de vida en este municipio.

Correo electrónico:

javier_fuentes@hotmail.com

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