EL PAÍS
ISRAEL, Jerusalén.- El Ejército israelí ultima los preparativos para crear una ?zona de seguridad? en el norte de la Franja de Gaza, desde donde los milicianos palestinos lanzan cohetes contra Israel.
En el Ministerio de Defensa se espera la luz verde final del jefe de Gobierno, Ariel Sharon, que ha recibido presiones de la comunidad internacional para anular la operación.
Los aviones israelíes tenían previsto lanzar ayer hojas a los palestinos que viven en esa zona avisándoles que ?si los misiles continúan cayendo en Israel, nos veremos obligados a atacar los focos del lanzamiento?.
El objetivo es conseguir una zona abierta que sea sobrevolada constantemente por Fuerzas Aéreas preparadas para disparar contra los milicianos.
Se trata de un territorio de unos 4.5 kilómetros cuadrados, principalmente agrícola, dominado por las ruinas de tres colonias judías evacuadas y por policías palestinos.
Los milicianos aprovechan los espacios abiertos cercanos a la frontera para lanzar sus cohetes, cada vez más sofisticados. Si al principio, sólo podían alcanzar un radio de cinco kilómetros, ahora amenazan con sobrepasar los 20 kilómetros, y alcanzan de lleno importantes ciudades israelíes, como Ashkelon o Ashdod.
Tras descartar una operación terrestre en Gaza, el ministro de Defensa israelí, Shaul Mofaz, afirmó ayer: ?próximamente, restringiremos el movimiento de palestinos en la zona de donde se lanzan cohetes Al Kassam. Estamos tomando medidas que servirán para evitar los ataques.
Quien está detrás de estas acciones terroristas es la Yihad Islámica y nosotros actuamos contra ellos también en Cisjordania?.
Un general israelí se refirió a la posibilidad de atacar a policías palestinos: ?estos agentes no han movido un dedo para evitar los ataques. No hacen nada allí, por lo que les avisamos que si no quieren ser dañados abandonen esa zona?. Una exigencia que el presidente palestino, Mahmoud Abbas ha rechazado inmediatamente, ordenando a dichos policías ?no abandonar sus posiciones y mucho menos bajo un ultimátum israelí?.
Sharon, Abbas y los líderes de las milicias son conscientes que cualquier movimiento puede influir en las elecciones legislativas palestinas (el 25 de enero) y las generales en Israel (el 28 de marzo).
En estos momentos una escalada bélica en la zona de Gaza no sería negativa en términos electorales para Abbas. Una acción contundente militar israelí sería un buen pretexto para justificar el aplazamiento de las elecciones. Cada vez es más alto el riesgo de que pierda el Parlamento a manos del ascendente grupo integrista Hamas.
Por esta razón, Abbas guarda silencio ante el lanzamiento de misiles Al Kassam cuando hace sólo tres meses los condenaba duramente calificándolos de ?ataques inútiles que perjudican el interés nacional del pueblo palestino?.
Las milicias que protagonizan los ataques son Yihad Islámica (que se opone a las elecciones y a cualquier tipo de tregua) y grupos vinculados al movimiento Al Fatah, temerosos de perder fuerza ante Hamas.
Precisamente este movimiento integrista, precursor de los ataques con Al Kassam es hoy en día el menos interesado en un nuevo círculo de violencia.