EFE
ROMA, ITALIA.- La Congregación de Cardenales volverá a reunirse hoy, tras el paréntesis festivo de ayer, para proseguir con la preparación del Cónclave que a partir del 18 de abril procederá a la elección de un nuevo Papa.
La de hoy es la séptima reunión de los purpurados tras la muerte de Juan Pablo II, después de que las anteriores hayan estado centradas especialmente en la resolución de cuestiones prácticas.
En el periodo de ausencia de un Pontífice, conocido como Sede Vacante, la Congregación de Cardenales ejerce el papel de Gobierno provisional de la Iglesia, encabezado por el Camarlengo, cargo que ocupa el español Eduardo Martínez Somalo.
En la Congregación pueden participar los 183 cardinales existentes, tanto los mayores de ochenta años como los menores, aunque sólo éstos tienen la facultad de entrar en un Cónclave y votar a un nuevo Papa.
Aparte de resolver asuntos prácticos los cardenales tienen oportunidad de conocerse más a fondo e intercambiar puntos de vista acerca de posibles aspirantes al Sillón de Pedro.
En su reunión del sábado los purpurados se impusieron la obligación de no conceder entrevistas a la prensa para no alimentar especulaciones y poder trabajar con más tranquilidad en los días que quedan hasta encerrarse en la Capilla Sixtina para la tarea de elegir al sucesor de Juan Pablo II.
De acuerdo con Navarro-Valls, portavoz del Vaticano, la determinación de no hacer más declaraciones públicas ayudará a que los purpurados se concentren en su difícil tarea de elegir al sucesor de Juan Pablo II. Sin embargo, precisó que no se trata ?de una prohibición en sentido jurídico?.
El portavoz pidió a los medios no presionar a los más de 100 prelados reunidos en Roma. ?Se pide amistosamente a los señores periodistas que no exijan declaraciones a los cardenales?, dijo.
Durante el Cónclave, los cardenales estarán completamente aislados del exterior, tal como lo establece la tradición desde hace siglos. Tendrán que alojarse dentro del Vaticano durante esos días, no pueden abandonar el área de la Santa Sede ni ver televisión, escuchar radio o hablar por teléfono.
Critican a posible papable argentino
El cardenal Jorge Bergoglio, Arzobispo de Buenos Aires, considerado por medios de prensa como uno de los posibles candidatos a suceder al Papa Juan Pablo II, es motivo de elogios y críticas periodísticas sobre aspectos de su personalidad política y religiosa.
Hay coincidencia, en cambio, acerca de los quilates intelectuales del purpurado, de 68 años, un jesuita a quien, dentro de la Iglesia argentina, se le considera ubicado a mitad de camino entre los sectores conservadores y tradicionalistas y la minoría de tendencia ?progresista?.
Un reciente perfil biográfico que publicó el diario La Nación, titulado ?il papabile?, describe a Bergoglio como ?enemigo de toda estridencia y ostentación, que ha hecho de la prudencia y el apego al bajo perfil su estilo de vida y sello de identidad. Austero y claramente distanciado del poder político, ésa es la base de su acción pastoral y una virtud que lo distingue por encima de muchos otros cardenales?.
El matutino Clarín, que define a Bergoglio como ?un latinoamericano muy bien posicionado? en la sucesión papal, recuerda que cuando apenas tenía 36 años, fue elegido superior provincial de los jesuitas en Argentina.
?Durante seis años ejerció el cargo en una época turbulenta del país y de su propia congregación. Su actuación en esos años suscita controversia: algunos dicen que no defendió a los jesuitas comprometidos socialmente y otros que salvó a su comunidad de una crisis mayor?, agrega el diario, recordando su desempeño durante la pasada dictadura militar.
IGLESIA CATÓLICA DISPERSA
La Iglesia Católica, la más antigua y grande, y quizás la más diversa de las iglesias del mundo, presentará un único desafío al hombre que será elegido a final de mes para suceder al carismático Papa Juan Pablo II.
Los mil 100 millones de católicos se expanden vigorosamente en los países en desarrollo pero se están estancando en la Europa en que surgió.
Los católicos abarcan un espectro que va desde campesinos devotos a intelectuales críticos. Las opiniones en cuestiones como la ordenación de mujeres o la anticoncepción van desde el ?¡sí, por favor!? hasta el ?¡no, jamás!?. Estas tendencias parece que van a continuar durante el próximo Papado, no importa su duración, y separará aún más a los católicos del ideal de una única e inamovible Iglesia que se mantuvo inmutable durante siglos hasta la revolución cultural de los años 60.
?El nuevo Papa tendrá un problema y será el problema del futuro, mantener la unidad en la diversidad?, dijo el cardenal de Bruselas Godfried Danneels en declaraciones sobre el legado de Juan Pablo II.
?Cada vez más en un futuro cercano, las diferentes regiones del mundo serán más diferentes?, añadió.
