Moscú, (EFE).- Rusia inaugura hoy la VII edición del Salón Aeroespacial Internacional MAKS-2005, uno de los principales escaparates para su industria aeronáutica y espacial de cara al mercado mundial.
Con más de sesenta pabellones y una superficie de 850 mil metros cuadrados, MAKS-2005 exhibirá durante seis días aparatos y tecnología aeronáutica producida por 520 empresas rusas y 124 extranjeras de 42 países.
Está previsto que a la ceremonia de inauguración asista el presidente ruso, Vladímir Putin, el primer ministro Mijaíl Fradkov, el titular de Industria, Víctor Jristenko y el ministro de Defensa Serguéí Ivanov.
La exhibición prevé la presentación de más de 300 aviones, helicópteros, aparatos y tecnología espacial, y una de las muestras más amplias de equipos, instrumentos y productos relacionados con la navegación, la seguridad, y el transporte aéreo.
Los primeros dos días, MAKS-2005, que se celebra en el aeródromo de Zhukovski, 40 kilómetros al este de Moscú, funcionará en un régimen especial para 50 mil personas entre empresarios, periodistas y las delegaciones oficiales de otros países acreditadas al evento.
Entre los invitados extranjeros se espera que la exhibición sea visitada por el rey Abdalá II de Jordania quien efectuará una visita de trabajo a Moscú entre los días 16 y 19.
A partir del viernes y hasta el domingo, el salón estará abierto al público y sus organizadores estiman que a Zhukovski acudirán al menos 350 mil visitantes diarios.
Tanto para expertos como la prensa y el público, lo más importante de MAKS-2005 serán los vuelos de exhibición -más de cinco horas cada día-, de aparatos nuevos, modelos modernizados y escuadrillas de aviones de vuelo acrobático de Rusia, Italia y Francia.
El programa incluye vuelos de exhibición del avión militar ruso de instrucción Yak-130, el helicóptero pesado Mi-38 y el avión de pasajeros An-140, el primero de este tipo fabricado totalmente por empresas del país.
Estados Unidos presentará en Zhukovski el bombardero estratégico B-1 Lancer escoltado por cuatro cazas F-16 y F-15, Francia mostrará el Mirage 2000 su mejor avión de combate e Italia su gigante de transporte G-222.
La industria bélica rusa presentará el caza Su-27 SKM que se perfila como el avión de combate ruso de quinta generación, y otros aparatos de guerra, como el Mig-29, los Su-24, Su-30 MKI y una versión moderna de los bombarderos estratégicos Tu-160.
Los aviones de combate suponen el 60 por ciento de las ventas de armamento ruso en el mundo, la mayoría con destino a India y China, pero también a Malasia, Indonesia y otros países del sudeste asiático, y Moscú muestra creciente interés por el mercado de América Latina.
En el MAKS-2005 también estarán los helicópteros de combate de última generación como el Ka-50 para vuelo nocturno, el Ka-52 de reconocimiento, el Ka-60 polivalente, y el Ka-28 para aterrizaje y despegue desde buques de superficie.
Por primera vez la agencia espacial rusa Roscosmos y la homóloga europea ESA en MAKS-2005 presentarán un pabellón conjunto con maquetas sobre los programas que desarrollan en la Estación Espacial Internacional (ISS), satélites científicos Fotón, y otros artilugios de comunicaciones y navegación espacial.
En el pabellón ruso-europeo destaca el proyecto de la nave espacial tripulada Kippler con capacidad para transportar hasta seis cosmonautas a la ISS.
También se exhibirán maquetas de la nueva serie de cohetes Angará que utilizan combustibles inocuos, como queroseno, hidrógeno y oxígeno, frente a otros cohetes rusos que consumen combustibles tóxicos.
Los Angará de clase ligera que se exhibirán en MAKS-2005 pueden poner en órbita satélites de hasta dos toneladas, y los modelos de la categoría media tienen capacidad para cargas hasta diez toneladas.
Los de la clase pesada podrán situar en órbita estructuras de hasta 26 toneladas, como los módulos para las estaciones orbitales, y pueden impulsar naves tripuladas con cosmonautas.
Para clientes particulares algunas empresas rusas ofrecen varios modelos de aviones ultraligeros "plegables", cuyas alas caben en el maletero y el resto se puede remolcar con un turismo.
La mayor sensación para los deportistas será un planeador con una hélice y con un tanque de combustible del tamaño de una botella de refresco.
Sin necesidad de ser remolcado por otro avión, el nuevo planeador despega por su propia cuenta y cuando alcanza la altura prevista, la hélice deja de funcionar y el piloto comienza el vuelo característico de estos aparatos silenciosos.
