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Cabo Cañaveral, Florida.- La NASA dijo que espera enviar astronautas de nuevo a la Luna para el año 2018, casi medio siglo después de que fuera pisada por primera vez, usando una combinación de tecnología empleada en los transbordadores espaciales y los cohetes Apolo.
La Dirección Nacional de Aeronáutica y el Espacio estadounidense (NASA, por sus siglas en inglés) presentó su plan de exploración lunar a la Casa Blanca el miércoles, y ayer ante el Congreso. Un anuncio sobre el mismo fue programado para el lunes en la sede de la agencia espacial en Washington.
El hecho de que el proyecto, que sustituirá al transbordador espacial, dependa de tecnología relativamente antigua, en lugar de diseños de vanguardia, “tiene mucho sentido desde el punto de vista tecnológico y administrativo”, dijo John Logsdon, director del centro de políticas espaciales de la Universidad George Washington.
“Se hace hincapié en cumplir metas en lugar de (diseños) elegantes”, dijo Logsdon, quien con otros miembros de la Junta de Investigación del Accidente del Columbia le pidió a la NASA que se olvidara de los viejos y riesgosos transbordadores lo antes posible.
“Tiene varios puntos a favor. Uno de ellos es el que la gente que diseñó los cohetes Apolo era muy inteligente”, dijo Logsdon ayer. El depender en tecnologías avanzadas que no han sido probadas desaceleraría todo el proceso e incrementaría los costos, que de todas formas serían enormes, indicó.
El primer viaje del vehículo de exploración tripulado sería en una órbita terrestre baja, posiblemente alrededor de 2012, dejando un lapso de dos años entre el último vuelo de un transbordador y el primero de su sucesor.
En enero de 2004, apenas cinco meses después del accidente del Columbia, el presidente George W. Bush pidió que fueran retirados los transbordadores para el año 2010 y que se creara un vehículo para llevar astronautas a la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) y de ahí a la Luna o a Marte.
La meta principal del programa es llevar astronautas a la Luna como máximo para el año 2020.
En un discurso en una conferencia sobre temas aeroespaciales realizada en California hace mes y medio, Michael Griffin -el director de la NASA- dijo que la nueva nave se basará en diseños comprobados usados en los programas Apolo y en los transbordadores, y a la vez tendría “mucha mayor capacidad”.