Washington, (EFE).- Un equipo científico de la Universidad de Stanford ha convertido células madre del cerebro de ratones en tejidos que hacen insulina, una técnica que todavía no puede usarse en personas pero promete un tratamiento novedoso para la diabetes.
"Cuando uno observa las células pancreáticas se da cuenta de que parecen neuronas", dijo Seung Kim, profesor de Biología en la Escuela de Medicina de Stanford y autor principal de un artículo publicado por la revista "PLoS Medicine".
Al igual que las neuronas, esas células pancreáticas responden a señales externas al modificar sus propiedades eléctricas y liberar "paquetes" de proteínas. En el caso de estas células, esa proteína es la insulina.
Unas 300 mil personas en Estados Unidos padecen diabetes Tipo 1, en la cual el sistema inmunitario destruye las células del páncreas que producen la insulina. Sin esta proteína, los músculos y el hígado no reciben una señal para tomar azúcar de la sangre después de una comida.
El azúcar excedente se liga con proteínas, incluidas las que cubren el interior de los vasos sanguíneos. Si las personas afectadas no controlan su nivel de azúcar en la sangre con inyecciones de insulina, pueden desarrollar enfermedades cardiacas o renales, ceguera o requerir amputaciones.
Kim y su equipo de laboratorio han trabajado varios años y lograron que células madre tomadas de embriones de ratones se transformaran en células que producen insulina.
Cuando estas células se trasplantaron a ratones diabéticos compensaron eficazmente la pérdida de células productoras de insulina en el páncreas en una forma de tratamiento de la diabetes.
Pero es difícil el trabajo en laboratorio con las células madre embriónicas, y las células madre de embriones humanos disponibles están contaminadas y no pueden ser trasplantadas a personas, indicó el estudio.
La similitud entre las neuronas y las células islote pancreáticas llevó a Kim a probar con las células madre del cerebro, aunque, como señala el artículo, hasta hace poco se creía que las células madre tomadas del cerebro solo podían transformarse en tejidos relacionados con ese órgano, como los nervios y las células de apoyo.
Kim y su colega de postgrado Yuichi Hori, quien ahora trabaja en la Universidad Kobe de Japón, agregaron un cóctel de químicos en una secuencia que, según ya sabían, podría inducir a las células madre para que maduraran como células productoras de insulina.
El resultado fue un conjunto de células que, aunque no imitan perfectamente a las islote pancreáticas humanas, si produjeron insulina y la liberaron como respuesta a la adición de azúcar en su ambiente.