Un juez federal prohibió al Gobierno de Estados Unidos trasladar a otros países a 13 ciudadanos yemeníes, cautivos en la base naval de Guantánamo (Cuba), sin darles la oportunidad de que reclamen por su detención.
La decisión del juez Henry Kennedy coincidió con la denuncia, por parte de la organización Human Rights Watch (HRW), de la desaparición durante año y medio de un yemení, sospechoso de actividades terroristas, que fue capturado en Egipto y llevado a la base estadounidense de Guantánamo.
El Gobierno del presidente George W. Bush, que ha sido criticado dentro y fuera del país por su tratamiento de cientos de hombres confinados en el campo de concentración de Guantánamo, ha iniciado cambios en el procesamiento de los prisioneros, que incluyen el posible traslado de algunos de ellos a terceros países.
Los abogados de los 13 prisioneros yemeníes habían expresado su preocupación porque sus representados podrían ser llevados a países donde se tortura y donde podrían permanecer cautivos por tiempo indefinido sin recursos legales.
Estados Unidos empezó a fines de 2001 a confinar prisioneros en su base naval de Guantánamo (Cuba), y cientos de hombres capturados en diversas partes del mundo han permanecido allí sin visitas de familiares, ni juicio, ni cargos, ni acceso a asesoramiento legal.
En su decisión, el juez Kennedy expresó que la preocupación sobre la posibilidad de torturas en otros países “no es un temor frívolo”, y agregó que los cautivos trasladados perderían toda oportunidad de una audiencia justa sobre su reclamación de que fueron detenidos ilegalmente.