Chicago, Illinois.- En busca de su primer título desde 1917, Medias Blancas de Chicago abrirá en casa la Serie Mundial hoy ante Astros de Houston, que hace su primera presentación en un Clásico de Otoño en 44 años de existencia.
Se suponía que Roger Clemens tiraría su última pelota hace dos años cuando Yanquis de Nueva York cayó ante Marlines de la Florida en el Clásico de Otoño, pero sigue lanzando tan bien como siempre, y es la carta fuerte de los Astros para el primer encuentro.
El siete veces Cy Young nació en Houston un año después que la propia franquicia texana y en todo ese tiempo tuvo éxitos que el equipo ni siquiera imaginaría. Ahora, será el encargado de darle su primer triunfo en estas instancias.
Roger Clemens hará su séptima apertura en Serie Mundial con números de 2-3 y 2.90 de carreras limpias. En la temporada regular, apenas acumuló un 13-8, pero con un impresionante 1.87 de efectividad.
Mientras el ?Rocket? lo ha ganado todo, enfrente tendrá a un poco experimentado José Contreras, un velocista de 33 años, con recta de 95 millas, que cumple su segunda temporada en la gran carpa.
Contreras desertó hace tres años de la Selección Cubana que jugaba la Serie de las Américas en Monterrey, Nuevo León, y de inmediato concretó un contrato millonario con Yanquis de Nueva York antes siquiera de lanzar una pelota en grandes ligas.
El isleño tuvo marca de 15-7 en la campaña regular, con 3.61 de limpias, y en la postemporada consiguió dos victorias, con 2.88 de efectividad, además del triunfo definitivo en la Serie de Campeonato de la Liga Americana ante Serafines de Los Ángeles, cubriendo toda la ruta.
Detrás de Contreras, el manager Osvaldo ?Ozzie? Guillén enviará a Mark Buehrle, John Garland y Fredy García, la misma rotación que completó todos los juegos ante Serafines. Por Houston, el zurdo Andy Pettite, Roy Oswalt y Brandon Backe seguirán en la lista.
Joe Crede y Paul Konerko fueron los mejores bateadores de los patipálidos, que harán su primera aparición en un Clásico de Otoño desde 1959, al disparar dos cuadrangulares y remolcar siete carreras por cabeza en la serie ante los Angelinos.
Por los Astros, Morgan Ensberg bateó para .389 y empujó siete anotaciones, en tanto que Lance Berkman compiló .357 de promedio, con cinco producidas en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional ante Cardenales de San Luis.
El encargado de lanzar la primera bola en el U.S. Cellular Field de Chicago será el venezolano Luis Aparicio, quien jugó las paradas cortas para los Medias Blancas en aquel clásico de otoño ante Dodgers de Los Ángeles en 1959.
Dos equipos similares
Las rotaciones de abridores es de alto calibre. Ambos marcan carreras sin recurrir al bateo de largometraje. Casi nadie apostaba a que llegarían tan lejos.
Astros de Houston y Medias Blancas de Chicago, los protagonistas de la Serie Mundial que arranca hoy sábado, comparten tantas características que parecen gemelos.
?Creo que será una Serie Mundial muy atractiva y además extraña, porque tienes a dos equipos que no se suponía deberían estar aquí?, declaró Osvaldo ?Ozzie? Guillén, el manager venezolano de Medias Blancas. No por nada el pronóstico es reservado.
Dos ex yanquis estarán en el montículo en el primer juego en el Cellular Field: Roger Clemens, el veterano de 43 años de los Astros, contra el cubano José Contreras, el pitcher más dominante en la segunda mitad de la temporada regular.
Para Guillén, el primer latinoamericano en dirigir a un equipo en el Clásico de Otoño, no hay que ponerle miramientos al que dos franquicias con un gran perfil histórico modesto, se enfrenten entre sí.
?No tengo nada en contra de los grandes equipos. Sólo creo que esto es bueno para el beisbol?, manifestó Guillén. ?Estos son dos equipos que nunca habían estado aquí, uno lo hace por primera vez y de los otros nadie se acuerda de la última?.
Los Medias Blancas están en su primera Serie Mundial desde 1959 y su último campeonato se remonta a 1917, con un legado salpicado por el escándalo de los ?Medias Negras?. Ocho integrantes del equipo fueron suspendidos de por vida por aceptar sobornos para perder el clásico de 1919 ante los Rojos.
Ahora se le presenta la oportunidad de exorcizar una maldición, de la misma manera como los Medias Rojas de Boston hicieron el año pasado -con la del ?Bambino?- al ganar su primer campeonato desde 1918.
Tras una larguísima espera, Houston vivirá su primera experiencia de Serie Mundial, luego de haberse incorporado a las mayores en 1962. En los primeros compases de la actual temporada, los Astros eran un equipo mediocre, con marca de 15-30 el 24 de mayo. Incluso, se llegó a hablar de transferir a Clemens.
Pero Houston reaccionó y acabó con registro de 74-43 el resto del año para avanzar a los play off con el boleto de wild card. Habría que remontarse a los Bravos de Boston de 1914 para encontrar el otro caso de un equipo tan rezagado para meterse en la postemporada.
Chicago tuvo un arranque fenomenal, pero el último mes de la campaña regular fue un suplicio. Al tope de la División Central de la Americana por 15 juegos al comenzar agosto, los Medias Blancas vieron cómo los Indios de Cleveland se les acercaron a juego y medio. Ocho victorias en los últimos diez juegos evitaron un colapso monumental. En la actual postemporada, la tropa de Guillén ha lucido imparable, ganando siete de ocho partidos.
La clave ha sido el trabajo de la rotación formada por José Contreras, Mark Buehrle, Jon Garland y el venezolano Freddy García, quienes cubrieron la ruta completa en los cuatro últimos juegos de la serie contra los Angelinos de Los Ángeles para llevarse el campeonato de la Liga Americana.
Guillén ha decidido no alterar el orden ante Houston.
Pero el cuerpo de abridores de los Astros tiene también pergaminos formidables.
Detrás de Clemens (siete premios Cy Young), vienen Andy Pettitte, Roy Oswalt (el más valioso en la serie de campeonato de la Nacional) y Brandon Backe.
El pitcheo es esencial para ambos. Salvo Paul Konerko (Chicago) y Lance Berkman (Houston) no hay muchos artilleros de fuste en las alineaciones titulares.
Houston, por ejemplo, anotó dos carreras o menos en 52 partidos y fueron blanqueados en 17.
Guillén cambió radicalmente la filosofía de juego de Chicago. Tras la partida de los jonroneros Magglio Ordóñez y Carlos Lee, sumada a la lesión de Frank Thomas, la fórmula para fabricar carreras gravita en la agresividad en las bases.
Chicago tuvo tiempo de sobra para descansar y prepararse, ya que se proclamó campeón de su liga el domingo pasado. Houston recién lo hizo el miércoles al vencer en seis juegos a los Cardenales de San Luis.
?Ciertamente están bien descansados?, declaró Phil Garner, piloto de los Astros.
Otro factor a tomar en cuenta es que Guillén fue el coach de tercera base de los victoriosos Marlines de la Florida en el clásico de hace dos años, experiencia que le sirve para anticipar el estilo de jugar en el Viejo Circuito.
Pero si hay algo que le preocupa es la etiqueta de wild card que llevan puestos los Astros.
Los últimos tres campeones, los Angelinos, Marlines y Medias Rojas, se presentaron con el wild card.
?La parte más peligrosa de los Astros es el wild card?, dijo Guillén.