AGENCIAS
CANBERRA, AUSTRALIA.- Estados Unidos, Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda se oponen al proyecto de Japón de aumentar su caza de ballenas en el Océano Antártico y los neocelandeses consideran incluso llevar el tema ante el Tribunal Internacional de Justicia.
Japón planea acudir a la reunión anual de la Comisión Internacional de la caza de Ballenas (CIB), que se iniciará el 30 de mayo en Ulsa, en Corea del Sur, con el propósito de duplicar el número de ballenas de Minke cazadas en aguas antárticas, actualmente de 440, y obtener el permiso para pescar ballenas jorobadas y de aleta, ambas amenazadas.
El archipiélago ya fue condenado por la “Corte de la Opinión Pública” por su pesca de ballenas y sus demandas de que ésta era necesaria para la investigación científica, cuando en realidad era una forma de encubrir la venta de carne de cetáceos en los mercados de pescado japoneses, dijo el ministro de Conservación de Nueva Zelanda, Chris Carter.
Japón, donde el consumo de carne de ballena forma parte de la tradición culinaria, aceptó a regañadientes en 1986 someter su pesca de ballena al sistema de cuotas fijado por la CIB. A finales de abril, el Consorcio de Investigación sobre los Mamíferos Marinos del Pacífico Sur había considerado que el aumento de esta pesca constituiría “una amenaza para la reconstitución de las poblaciones de ballenas en el Pacífico Sur”.