EL BAILE Y LOS JÓVENES
Asistí al Teatro Alvarado a ver la revista musical 1905, Cien Años Bailando, 2005, con que dio inicio la hermana ciudad de Gómez Palacio a las festividades del Centenario, y conforme transcurría el espectáculo estaba reflexionando sobre la gran pérdida que tiene la juventud actual al no contar, como nosotros en nuestra época, con la diversión de los salones de baile.
Mientras presentaban los diferentes estilos de baile, de acuerdo a las décadas de los últimos 100 años, me estaba dando cuenta que a nuestra generación le tocó bailar de todo: el vals, la mazurca y la polka en los festivales escolares, lo mismo que las marchas, como parte del acervo cultural (hoy en día las maestras ponen a los niños a bailar la quebradita). En los salones de la época: el Casino de La Laguna, el Campestre Lagunero, San Isidro, el Casino Español, el Apolo Palacio, el Club Lagunero, etc., los bailes eran con música en vivo, y venían del DF grandes orquestas, como la de Beltrán Ruiz, García Medeles, García Esquivel, inclusive los Solistas de Agustín Lara y Beto Díaz de Zacatecas; las locales de Cuco Mesta, Chago García, Prócoro Castañeda y De Santiago; y se tocaban ritmos de actualidad y de épocas anteriores, de ahí que aprendiéramos a bailar lo que bailaron nuestras mamás, nuestras tías y nuestras hermanas mayores, como: charleston, one-step, foxtrot, tango, swing, conga, rumba, danzón y mambo. También nos tocó bailar cha-cha-cha, rock and roll, twist y surf, y los ritmos más modernos como el country, la cumbia y la salsa los hemos bailado en eventos particulares o en las bodas. Total que los únicos que no he bailado han sido el rap, la quebradita y el pasito duranguense, por razones obvias de la edad.
Actualmente los jóvenes aparentemente sí bailan, porque acuden a los “antros” para hacerlo, pero en realidad más bien van a “ligar” o a tomar, porque, para ellos, de eso se trata primordialmente, mientras las jóvenes se paran a bailar todas juntas porque de no ser así se la pasarían sentadas toda la noche. Los adolescentes de nuestra época también buscábamos la conquista, pero sí íbamos a bailar. El baile era un entretenimiento básico en La Laguna y, en ocasiones, hasta se prefería un novio que dominara muy bien todos los ritmos a uno que fuera “galán”, porque eso aseguraba el pasarla bien en las tardeadas, las tertulias, las festividades de Covadonga o en los bailes de fin de año, del 15 de septiembre o el de disfraces del famoso carnaval que se celebraban anualmente en el Casino de La Laguna.
Como este espectáculo lo van a repetir los días nueve, diez y 17 de este mes, se lo recomiendo a todos(as) los(as) laguneros(as): jóvenes, adultos y adultos mayores; los primeros para que conozcan la música, (y la manera de bailarla) del Siglo XX, y los últimos para que la recuerden. Les aseguro que, además del aporte cultural, se van a divertir.