LOS TRACIANOS
Tracia es una región histórica que, en su época, se extendía desde Macedonia (antigua Yugoeslavia) hasta el Mar Negro, conocido en la antigüedad como Ponto Euxino, el cual comunica al Mar Mediterráneo por el Bósforo y al Mar Azov por el Estrecho de Kerch; y desde el Mar Egeo hasta el Danubio. Ocupa la punta del sudeste de la Península de los Balcanes (que comprende Grecia, Albania, Bulgaria, la ex Yugoeslavia, Cracia, Macedonia, Rumania y Estambul).
Eran tribus guerreras que conformaban reinos separados y nunca absorbieron la cultura griega. Por su naturaleza guerrera los griegos los consideraron bárbaros y fueron sometidos en el año 600 ac. Desde el 512 ac. hasta el 479 ac. fueron dominados por los persas. En el 46 fue anexada al imperio romano, siendo una de sus principales ciudades Sárdica, hoy Sofía. Durante el siglo VII la parte norte de Tracia pasó a manos búlgaras y la parte sur al Imperio Bizantino, pero durante el siglo XII toda la región formó parte del Segundo Imperio Búlgaro. En 1452, después de la caída de Constantinopla, Tracia cayó en manos turcas. Por un tiempo se volvió a dividir en varios reinos y actualmente forma parte de Grecia y Bulgaria.
Todo lo anterior, es la introducción para abordar una interesante noticia para los arqueólogos. En este mes, después de haber efectuado excavaciones durante más de 12 años el equipo del arqueólogo Georgi Kitov, conocido como el Indiana Jones búlgaro, en una tumba del llamado Valle de los Reyes búlgaro de la región de Kazanlak, cerca del pueblo de Starosel, descubrieron una persona que había sido cortada en pedazos y sus restos colocados cuidadosamente en el piso, y a su lado una máscara de tamaño normal hecha de oro sólido, con una antigüedad de 2400 años, además de otros objetos guerreros, que se piensa pertenecieron a un gobernante. Estos hallazgos están considerados como uno de los más importantes de los últimos años. Estos objetos serán mostrados en Japón en la Expo Mundial de este año.
En esta excavación se encontraron más de 130 piezas de joyería y objetos rituales de gran magnificencia, tal como las de otras grandes culturas. La máscara pesa 672 gramos de oro de 23 quilates, finamente tallada, a diferencia de otras máscaras encontradas anteriormente, que eran de lámina de oro, y está estimada como única en su género.
Con este descubrimiento, se echó por tierra la teoría de que los tracianos eran un pueblo bárbaro y analfabeta, como lo señalaban los griegos y la conclusión de que además tenían grandes riquezas, como otros grupos de su época. Sí eran grandes guerreros; Espartaco, el esclavo que encabezó la rebelión contra los romanos pertenecía a este grupo étnico, pero tenían su cultura y su religión. Por los restos encontrados, se concluyó que creían en la reencarnación, no del cuerpo, sino del espíritu, pero que éste tenía las mismas necesidades que el cuerpo, por eso los sepultaban con los objetos que pudieran necesitar en la otra vida.
Los tracianos, como el resto de los pueblos de la antigüedad, se cuestionaban qué hay más allá después de la muerte y ante lo desconocido, tuvieron que crear una explicación. Aunque, les diré, eso no ha variado mucho, porque la muerte, a pesar de los múltiples adelantos científicos y cibernéticos, en la actualidad continúa siendo la “gran incógnita”.