Leía, recientemente, en una publicación internacional la entrevista a un ?suicida voluntario por motivos religiosos? y es escalofriante el modo como, con el Corán en una mano y la granada en la otra, se lanzan a morir en aras de sus ideas místicas. Al interrogatorio, ese joven, de escasos 20 años, decía: ?Primero pediré a Alá que bendiga mi misión con el mayor de los éxitos (para que los muertos sean muchos). Después, le rogaré que purifique mi alma para que logre presentarme ante Él y acompañe a mis hermanos mujahedines que ya están en su presencia?... ?Ruego para que gente inocente no muera en mi misión, pero si los hay, sé que cuando ellos lleguen al cielo Alá les pedirá que me perdonen?... Piensa que su sacrificio lo convertirá en mártir y le dará acceso directo al paraíso? ¡la única persona que importa es Alá, y la única pregunta que me hará al llegar a Él será: ¿cuántos infieles has matado??.
Se nombra ?terrorista?, no guerrero, porque, según él, el Corán dice que es deber de los musulmanes llevar terror al enemigo, por lo que siendo terrorista lo convierte en un buen musulmán. Además, señala que cuando fue aceptado en la lista de futuros ?suicidas? consideró: ?ser el día más feliz de mi vida?, y que está seguro que pronto le tocará la oportunidad de actuar porque ha habido un gran número de ataques terroristas y los voluntarios van muriendo, y agrega: ?cuando se está lista para la misión final no se piensa en el pasado, sólo en el futuro que te espera en el paraíso?... ?Ya no puedo esperar más, estoy listo para morir ahora?.
Con esa mentalidad y esa disposición al sacrificio, no importa quién seas, qué hagas, tu sexo, credo, raza, etc., si estás presente en el momento de un acto terrorista, te va a tocar morir, o quedas muy malherido. Y eso lo vemos en las escenas que pasaron recientemente en Londres, quien sufriera el último atentado de que se tiene noticia.
Día a día se llevan a cabo actos terroristas en todo el mundo, y aunque López Obrador diga que no debemos preocuparnos porque en México eso no sucederá, creo que sí debemos preocuparnos por la suerte de nuestros hermanos, los habitantes de la Tierra; además de que aunque sean otras latitudes y no los tengamos dentro de casa, la movilidad del ser humano en el planeta es tan extensa que a cualquiera le puede suceder vivir un acto terrorista en un momento determinado, y sólo se salva aquél que no sale para nada de nuestro país, cosa totalmente absurda de pensar porque la modernidad obliga a viajar, ya sea por placer, negocio o aspectos familiares.
