AMISTAD AFIANZADA EN EL AMOR AL PRÓJIMO
El jueves pasado falleció la señora Sarita Castilla de O?Reilly, una respetable y cálida dama, a la edad de 101 años. Además de la pena moral por la pérdida de una excelente persona, en mi familia sentimos un dolor muy especial porque, se puede decir, ella representaba un recuerdo vivo y permanente sobre mi madre, la señora Lolita de Guerra, por haber sido ambas amigas por muchísimos años, y tal vez, era la única que actualmente le sobrevivía.
Fue una amistad verdadera y duradera, basada en el afecto y el compañerismo porque además de convivir en reuniones sociales y jugar un día a la semana la famosa, en ese entonces, Canasta Uruguaya en el desaparecido Casino de La Laguna -que actualmente están tratando de restaurar-, compartían formar parte de los mismos clubes de servicio: Club Esposas de Médicos, Club de Leones, Ayuda al Seminario, Ayuda a la Casa del Anciano, Acción Católica con actividades de catequesis, entrega de despensas, enseñanza de alfabetización y labores domésticas (lo que ahora se llama Desarrollo Integral), etc...
Ese espíritu de servicio que desarrollaban, junto con otras personas, les dio la oportunidad de afianzar su amistad la cual duró toda la vida de ambas, porque después de muchos años de fallecida mi madre (1975), cuando visitábamos a la señora Sarita ella siempre la recordaba y le agradaba que platicáramos de esa época de trabajo comunitario en beneficio de la ciudad de Torreón.
Descanse en Paz y les deseamos que tengan la oportunidad de reencontrarse en el más allá para continuar su permanente amistad.