Ya tenemos nuevo Papa, Benedicto XVI. El elegido fue Joseph Ratzinger, Cardenal alemán ortodoxo apegado al Evangelio, quien dice que ?la bondad implica la capacidad de decir NO, para mantener la alegría de decir SÍ en la defensa de la fe?.
Al entonces Cardenal Ratzinger me tocó platicar con él en la Plaza de San Pedro en el año de 1998 en una de mis visitas a Roma. Yo estaba tomando fotos cuando lo vi salir del Correo del Vaticano para dirigirse al otro extremo atravesando la Plaza. En aquel entonces estaba colaborando en la Comisión Bíblica en Torreón y él manejaba la Comisión Bíblica pontificia, o algo así, (además de que ya se le nombraba como posible sucesor de Juan Pablo II por su precaria salud), por lo que decidí pedirle una bendición para nosotros. Tuve que correr a alcanzarlo porque caminaba con paso atlético y muy rápido, pero cuando me acerqué expresó interés y me recibió con afecto. En ese momento sólo tenía en mis manos un libro que era una guía turística del Vaticano y ahí le pedí que plasmara su bendición, la cual conservo como un tesoro.
El nuevo Papa, de 78 años, era el decano del Colegio Cardenalicio y ocupaba el cargo de Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe a la muerte de Juan Pablo II. Durante los 26 años del pontificado del anterior Papa, el entonces Cardenal Ratzinger se distinguió por mantener la ortodoxia de la iglesia, atacando el relativismo que significa dejarse llevar aquí y allá sin moral, lo que, como él mencionó, lleva únicamente al beneficio del propio yo y sus deseos, sin recapacitar en las consecuencias.
Hubo personas que criticaron a Juan Pablo II por seguir los lineamientos del Evangelio, lo que, a mi parecer, aunque uno no sea ?una blanca paloma?, se debe reconocer que es la verdadera manera de cumplir con el mensaje de Cristo. Su Santidad anterior no podía predicar de otro modo porque iría en contra de la moral que predica la Iglesia Católica, sobre todo en lo que toca a la cultura de la muerte, uno de los temas más polémicos de los últimos tiempos, y al parecer Benedicto XVI ha externado también preocupación por la situación actual de la Iglesia Católica, manifestando que ?es una barca que hace agua?, y pidiendo que los sacerdotes tienen que permanecer totalmente dedicados a su misión y entregados al ministerio de Dios, criticando la soberbia y la suficiencia de aquéllos que no lo hacen, además de externar que no se debe llamar fundamentalismo a ?tener una total fe en Jesucristo?.
Por lo pronto, lo que nos toca a nosotros como católicos, es rezar pidiendo al Espíritu Santo sabiduría para que el Papa Ratzinger pueda llevar a cabo su difícil misión como nuevo Papa de la Iglesia Católica.
