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Psiquiatría

Dr. Fernando Villa

INDIVIDUALIDAD Y COLECTIVIDAD

Los humanos hemos estado desde nuestros orígenes sometidos a múltiples fuerzas tanto internas como externas que configuran nuestra personalidad y determinan la orientación de nuestros pensamientos y actitudes, como cualquier ser vivo desarrollado tenemos instintos individualistas que nos impulsan a cuidarnos y buscar ventajas para nosotros y nuestra familia, por otro lado y como sucede con los animales gregarios (sociales) tenemos el instinto de pertencia que nos hace sentir seguridad por la protección del grupo y tener el placer al proteger a los individuos de nuestra especie.

Existen personas que en forma natural tienen tendencia a sentir fuerte interés por el bienestar de los demás, otros en cambio son por su estructura cerebral poco sensibles respecto a sus semejantes y viven relativamente aislados e independientes, entre estos polos biológicamente opuestos existe toda una gama respecto al instinto gregario, como cualquier otra característica humana es el resultado del potencial biológico y del ambiente donde la personalidad se formó, es común que la sociedad y sus circunstancias determinen la moralidad o inmoralidad de dichas tendencias, sabemos que el lóbulo frontal derecho tiene gran importancia en la sensibilidad social, cuando esta parte se lesiona la socialización se deteriora dramáticamente, por otro lado la sociedad industrial es complicada y las fuerzas económicas, filosóficas, religiosas o grupos sociales y raciales participan en la determinación de lo moralmente es bueno o malo, por medio de la sugestión de la ?palabra? escrita, hablada y exacerbada por imágenes televisivas que dirigen las emociones y conductas a conveniencia de los grupos de poder, se producen de esta manera afinidades y odios irracionales que por este motivo son potencialmente destructivas, este tipo de compromiso se puede ver dentro del ejército, la religión o en filosofías extremas que producen ceguera y fanatismo donde la individualidad aunque racional es considerada como inmoralidad, cuando el interés individual y social coinciden racionalmente se produce un estado emocional de satisfacción y motivación que favorece el trabajo creativo, sin embargo para que esto suceda necesita de un nivel educacional elevado y una buena estructura familiar y social, falta mucho por avanzar en este sentido, algunas sociedades más que otras, lo común es el malestar del individuo frente a la sociedad y la disfunción social, la desadaptación abierta o encubierta produce confusión, ansiedad, depresión, ira y sentimiento de culpa, los conflictos se intentan solucionar de múltiples formas, una de ellas es la aceptación de la estructura e ideología social aunque sea irracional debido a la influencia sugestiva de las fuerzas educacionales y sociales, sin embargo debido a la irracionalidad se producen bloqueos en el desarrollo personal o frustraciones acompañadas de ansiedad, depresión, ira y desesperanza, en otras ocasiones el individuo tiene diferencias numerosas y profundas que dificulta tanto el funcionamiento personal como del grupo favoreciendo actitudes antisociales grandes o pequeñas, ilegales o no, la sociedad tiene mecanismos racionales e irracionales para mantener la relativa aceptación de sus miembros, los avances reales de las estructuras familiares y sociales motivan la salud del individuo favoreciendo el sentimiento de solidaridad social y humana ayudando con esto el sano avance social, la sugestión masiva busca el mismo objetivo y es de utilidad cuando la población no tiene suficiente desarrollo educacional e intelectual, los riesgos son la vigencia de creencias e ideologías limitantes para el individuo y potencialmente peligrosas para el grupo y actualmente para la humanidad entera, es demasiado frecuente que grandes grupos tengan una abierta rebeldía social tanto por las características de personas como por los defectos sociales, el resultado es el boicoteo al interés social (puede ser dentro de la ley), la delincuencia individual u organizada y la presencia de grupos rebeldes que ponen en riesgo la estructura social.

Es frecuente que se hagan comparaciones respecto a grupos o incluso países respecto a la solidaridad que muestran entre ellos y a las autoridades sociales, los japoneses y alemanes se toman como ejemplo de personas que trabajan en equipo y que muestran orgullo por su raza, cultura y país, en general está justificada dicha apreciación, también han tenido mayor desarrollo intelectual, científico, tecnológico y económico, el trabajador japonés con frecuencia tiene un fuerte compromiso y respecto a la empresa donde labora, las empresas japonesas dan seguridad y respeto a sus trabajadores aumentando de esta manera la satisfacción del individuo y la productividad de las empresas y del país, el origen de dicha funcionalidad se explica por múltiples factores psicológicos, culturales e históricos, no basta con intentar que se cumplan códigos morales respecto a la solidaridad y compromiso laboral, los ordenamientos y reglas fracasan íntimamente cuando las verdaderas causas de dicha solidaridad están ausentes.

Factores como la sensación de una razonable igualdad aumenta el compromiso social con el placer que nos da nuestra naturaleza gregaria (sociable), un origen e historia compartidas exitosamente hace que se tenga el orgullo por la nacionalidad, sentimiento de pertenencia y solidaridad con el país, lo anterior produce un sano sentimiento que puede enfermar llevando al nacionalismo fanático, excluyente y peligroso, el origen racial múltiple, una historia tormentosa y derrotas pueden llevar a la frustración y desapego al grupo, se vive con un individualismo tormentoso y con un sentimiento de inferioridad respecto a otros pueblos o razas.

Una individualidad sana, fuerte y racional no necesita de ordenamientos o presiones morales para solidarizarse con las demás personas, la función está biológicamente programada en nuestro cerebro ya que ha sido una de las adquisiciones evolutivas que han contribuido fuertemente en nuestra sobrevivencia, sin embargo el entorno psicológico y social puede limitarlo o distorsionarlo por un ambiente donde se estimula el miedo al presente y futuro, la economía se alimenta del ?hambre? por consumir irracionalmente lo que hace que veamos a los demás como posibles presas o depredadores más que a semejantes, las palabras de solidaridad, libertad, dignidad, respeto, derechos, amor forman parte de sermones y discursos pero sólo maquillan una realidad cincelada por fuerzas económicas e ideas que están en contra de sano instinto gregario, el hombre continúa siendo en gran medida el ?lobo? del hombre aunque con frecuencia se use piel de cordero.

El impulso sanamente egoísta no cancela la solidaridad e incluso es indispensable que exista para nuestros instintos actúen con libertad y mayor pureza, cuando la sensación de individualidad, seguridad y orgullo personal están presentes se disfruta que los demás sientan lo mismo, el ego disminuido produce miedo y desconfianza por lo que las emociones que llevan a la agresión y defensa predominan, la aparente filantropía o solidaridad humanas que manifiestan en realidad son superficiales y puede suceder que sólo indiquen lo que desean para ellos mismos debido al miedo crónico que los embarga por la sensación de inferioridad y vulnerabilidad que llegan a sufrir.

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