El Estado no responde a las necesidades del Ayuntamiento; por el contrario, recortó 700 mil pesos al presupuesto de Santiago Papasquiaro
SANTIAGO PAPASQUIARO, DGO.- Los ajustes presupuestales contra el Municipio y la nula respuesta de apoyo económico en el presente año estáN obligando al Ayuntamiento a cancelar los recursos destinados al penal regional y dejar la responsabilidad al Estado, afirmó el jefe de la comuna, Miguel Ángel Jáquez Reyes.
?Es considerable la carga económica de mantener la cárcel, el Municipio eroga 225 mil pesos mensuales o 2.7 millones al año en alimentos, además de los gastos en medicamentos y otros servicios a los presos?, señaló el Alcalde al mencionar que tan sólo en un interno enfermo se gastaron 50 mil pesos en medicinas.
Indicó que en diciembre de 2004 el Gobierno del Estado apoyó a Santiago Papasquiaro con 100 mil pesos para atención de los presos y hasta la fecha no ha vuelto a dar un centavo, a pesar de las gestiones realizadas en el presente año.
Por el contrario, la Secretaría de Finanzas y Administración del Estado hizo un ajuste de 700 mil pesos al presupuesto del Municipio, lo cual le impide hacer más obras y servicios; por ejemplo, disminuyó la capacidad económica para sostener el gasto de la cárcel, donde hay presos de diferentes municipios.
Es tiempo de que el Estado asuma esa responsabilidad, pues no deja otra alternativa al Municipio, añadió el edil; ?falta solidaridad y a estas alturas no se puede soportar la carga que implica mantener a 81 internos?.
Al tiempo que el Municipio deje de entregar las despensas los viernes de cada semana a los presos, será el Estado quien asuma esa responsabilidad, pues de antemano eso debió suceder desde el año pasado en que fue inaugurado por el entonces gobernador, Ángel Sergio Guerrero Mier, el Centro de Readaptación Social, mismo que permanece como un ?elefante blanco?.
Jáquez Reyes manifestó su preocupación por el desinterés que ha mostrado el Estado ante las gestiones realizadas, para poder solventar la manutención de los internos de la cárcel de Santiago Papasquiaro.
Sobrepoblación de internos
La vieja casona convertida en penal desde 1950 por el gobernador José Ramón Valdez y el alcalde José Díaz Valenzuela, alberga 81 presos de diferentes poblados, algunos dedicados a las artesanías como Fidel Herrera Zamora, Agustín Jaime Ortega y José Luis Gallegos que afanosos hacen cintos piteados, pinturas y cuadros de madera, mientras otros ?matan? el tiempo jugando baraja y unos más sólo observan y esperan el momento de volver algún día a recobrar la libertad.
Durante un recorrido de El Siglo de Durango por el interior del penal, logró conocerse que de los 81 presos 21 están sentenciados a purgar condenas según sus delitos, 57 son procesados y tres permanecen bajo investigación; del total de internos sólo hay cuatro mujeres. Las instalaciones son inadecuadas, ante lo cual señalan: ?no queremos estar de lujo, pero tampoco en condiciones infrahumanas?.
El penal regional tiene capacidad para 30 presos, pero hay 81, es decir el 270 por ciento de saturación, lo cual les impide un mejor desenvolvimiento en sus actividades; en las celdas hay de cuatro a cinco personas y un solo servicio sanitario.
Señalan que reciben cada viernes su despensa; es decorosa, reconocen. Son ellos quienes cocinan sus alimentos, es parte de su responsabilidad racionar los productos básicos como frijol, sopas, harina, arroz y carne, entre otros.
La cárcel es de adobe, lo cual ha facilitado a los presos en más de una vez fugarse a través de túneles en los muros; tal fue el caso del 8 de febrero en que huyeron tres y 1 de septiembre en que escaparon nueve; además de un amotinamiento en que tuvieron que desalojar el penal y utilizar forzosamente las nuevas instalaciones del Cereso, para luego volver al antiguo lugar.
