Confusión y dudas por lo del voto foráneo de mexicanos, secunda la permanente al IFE: no al proselitismo oficial.
¿Cómo se va a tener la certeza que la elección fue transparente? ¿Cuánto costará cada voto de los connacionales y cuál será el monto total que tendrá que erogarse para que se cumpla el ?hecho histórico? aprobado por los miembros de las Cámaras de Senadores, primero, y de la de Diputados, antes?
Aprobado el voto de los mexicanos en el exterior para que éstos puedan participar, vía postal, en la elección presidencial del año próximo, privan dudas y confusión aún entre los propios diputados que le dieron luz verde y muchas de las preguntas formuladas por Enrique Jackson, coordinador del grupo parlamentario del PRI en la Cámara de Senadores, en una conferencia que sobre el tema ofreció en abril pasado, siguen sin respuesta sobre las dificultades que entrañará operar ese ?hecho histórico?, como algunos funcionarios públicos, legisladores y autoridades electorales, lo han calificado.
?¿Cuál va a ser el sistema de votación? ¿Con urnas y boletas? ¿Por correo??, son apenas unas cuantas de las muchas interrogantes formuladas por el político sinaloense que tuvieron respuesta, después que 455 diputados de los seis grupos parlamentarios representados en San Lázaro votaron a favor de esa minuta que los senadores ya habían aprobado. Otras muchas, sin embargo, siguen en el aire, a pesar del optimismo que hoy muestran en las sedes de San Lázaro, del Instituto Electoral Federal y hasta del Servicio Postal Mexicano, de que están listos para que el derecho al voto de los mexicanos que viven en el extranjero, principalmente en Estados Unidos, esté garantizado y sea legal y democrático.
Jackson preguntó también: ¿Cómo van a actuar las autoridades electorales mexicanas fuera del territorio nacional? ¿Cómo se van a aplicar las leyes mexicanas en otros países? ¿Cómo se van a poder controlar los topes de campaña o sancionar los delitos electorales en los que se llegara a incurrir? ¿Cuántos mexicanos son los que viven en el extranjero, no sólo en Estados Unidos, hacia donde parece enfocado el voto de los mexicanos, más que países de Europa, Asia o América Latina? ¿Quiénes son? ¿Dónde están? ¿De qué manera van a poder votar? ¿Cuentan todos con credencial de elector para hacerlo? ¿Cómo se va a tener la certeza que la elección fue transparente? ¿Cuánto costará cada voto de los connacionales y cuál será el monto total que tendrá que erogarse para que se cumpla el ?hecho histórico? aprobado por los miembros de las Cámaras de Senadores, primero, y de la de Diputados, antes?
Si bien algunos diputados aseguran que en estados de la Unión Americana, California y Texas, principalmente, hay más de cuatro millones de mexicanos que cuentan con credencial para votar, se da por hecho que un porcentaje mínimo de ellos -los que no andan a salto de mata para evitar que los detenga la ?migra?- lo harán. Se maneja que en esa condición estarían entre 50 mil y ?menos? de 200 mil los que se animarían a enviarle al IFE, vía postal, copia de su credencial de elector al solicitar la boleta que le permita sufragar para poder ejercer ese derecho.
Muchos más, sin embargo, no se atreverán por temor a ser ubicados por las autoridades migratorias estadounidenses y regresados a México, porque simplemente no les interesa o por temor a que se desate una nueva persecución contra ellos, si alguno de los candidatos presidenciales llegara a hacer propaganda en territorio estadounidense.
Lo que hoy por hoy queda claro es que prevalecen las dudas y confusión entre muchos de los diputados de los seis partidos representados en San Lázaro que votaron a favor del voto de mexicanos en el extranjero por las dificultades que entrañará su aplicación.