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Pulso político

Francisco Cárdenas

Casi al mismo tiempo de que René Bejarano, ex secretario particular de Andrés Manuel López Obrador, abandonaba ayer el Reclusorio Sur en el que estuvo preso durante ocho meses, acusado de actos de corrupción, Cuauhtémoc Cárdenas, líder y fundador del PRD empezó a recibir el respaldo de legisladores del Sol Azteca y de otros partidos de oposición, incluido el PRI, por su declinación a participar en el proceso interno perredista del que surgirá su abanderado a la Presidencia de la República para buscar una nueva opción plural y construir una candidatura de la mayoría política del país, mientras que en su temprana conferencia de prensa, el político tabasqueño se rehusó rotundamente a comentar la decisión del ingeniero y sólo se concretó a reconocerlo como un precursor del movimiento democrático que le merece ?todo nuestro respeto, nuestra admiración? y que no va ? a pelear con la historia?.

A pesar de la insistencia de los reporteros en conocer su opinión sobre el retiro de Cárdenas de la contienda perredista, que seguramente le hará un boquete enorme por los varios millones de votos que dejará de recibir, el titular del Gobierno capitalino, se declaró en ?huelga de respuestas? y les pidió respetar su derecho a mantenerla, arguyendo su sobado ?amor y paz? y que ? la alegría está por llegar?, como lo hace cada vez que se niega a abordar un tema que le incomoda.

En gira de trabajo por Mérida, el líder nacional del PRI, Roberto Madrazo, calificó de ?una decisión seguramente muy reflexionada, muy pensada?, la que tomó Cárdenas de no participar en el proceso interno perredista, dado que ?él tiene un legado histórico en la democracia, en el trabajo social con México?.

Senadores y ex diputados del tricolor que a lo largo de por lo menos dos años se han venido reuniendo periódicamente con él, como es el caso de muchos de los integrantes del llamado Foro Nacional de Legisladores, coincidieron en expresar su beneplácito por la anunciada decisión de quien fue candidato presidencial en las elecciones de 1988, 1994 y 2000, y que ahora trabajará para contribuir a la conformación de una nueva opción, una mayoría política en la que participen partidos, organizaciones sociales y ciudadanos, con la posibilidad de contender por cuarta ocasión con la representación de éstos, ya no del PRD.

No pareció una mera casualidad que desde anteayer, cuando se anunció que Bejarano, el que fuera el principal operador político de López Obrador, desaforado como asambleísta y líder de la mayoría perredista en el recinto de Donceles y Allende y después consignado penalmente y encarcelado por actos de corrupción, sería puesto en libertad -lo que ocurrió- se anticipara a dar a conocer la decisión de Cárdenas de declinar a su participación en el proceso interno del PRD, partido que preponderantemente él contribuyó a fundar sin imaginar que al transcurrir unos pocos años, algunos de sus inescrupulosos militantes lo llegarían a convertir en lo que es hoy.

López Obrador se queda con el camino libre a su postulación presidencial rodeado de muchos que han demostrado sobradamente qué es lo que buscan y a dónde quieren ir. Cárdenas prefirió buscar una nueva opción política, plural, ajena a la corrupción que ahoga al sol azteca y que éste tanto le achacaba antes al PRI.

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