Cuando ha habido algún accidente y muere un joven, mi pesar es grande, y más mi deseo de que hagamos ?cambios? para proteger aún más a nuestros hijos. Hace unos días me llamó una madre acongojada que me decía: Todas las noches en que mis hijos salen al ?antro? me quedo angustiada temiendo que me llamen para decirme que a mi hija se la llevaron al hospital por haber consumido droga, o que a mi hijo se lo llevaron a la cárcel por haber golpeado a otro muchacho? así de insegura... ¡¡y realista!!... estaba esa madre.
No sé si a usted le pase lo mismo, pero yo, cada vez que leo que golpearon, violaron o mataron a alguien, en lo primero que me fijo es: ?en la hora en que sucedieron los hechos?, y así me topo con que violaron a una joven que volvía sola a su casa? ?pero?? a las tres de la mañana... ¡¡Obvio!! Que una pareja de novios fue agredida cuando caminaba por una iluminada esquina de la colonia fulana mientras regresaban de una fiesta? ?pero?? a las 3:30 de la madrugada? ¡¡Obvio!!... Que hubo dos muertos cuando dos pandillas se agarraron a golpes por viejas rencillas cuando se encontraban tomando unas cervezas? ?pero?? a las cuatro de la mañana? ¡¡Obvio!!... Y lo más común? que un muchacho se estrelló en su coche al volver del antro - obvio que con tres alcoholes encima-? pasadas las tres de la mañana.
A este respecto me gustaría que hoy reflexionáramos un poco: ¿Se ha fijado usted de que salvo contadísimas excepciones -que confirman la regla-, casi ningún accidente, agresión, violación o pleito sucede antes de las dos de la mañana?... ¡¡Chéquelo y verá!!... y con ello ya sabrá cuál es la hora ?tope? que les tengo asignada a mis hijos para que estén de vuelta en casa por las noches, aunque llevo más de diez años oyéndolos renegar y renegar por no correr el horario de llegada hasta las tres de la mañana -como toda la gente decente? dicen mis hijos-, y así los quiero seguir oyendo renegar, señal inequívoca de que? ?están vivos?.
Usted sólo léame y haga lo que quiera con sus hijos -total que son suyos-, si acaso le pediría que no me eche de enemigas a sus hijas ?que son amigas de las mías- por seguir mis ?novedosas? normas.
¿Dije novedosas?... pero sí las dos de la mañana ?y ni un minuto más- era la hora que yo tenía asignada por mis padres para llegar a casa por las noches hace 30 años, y aquí estoy platicando con usted frente a mi tasa de café, con una carrera terminada, un trabajo honesto y tres hijos repelando porque no están de acuerdo en que se les aplique la misma hora de llegada que los abuelos le impusieron a su padre hace 30 años.- y eso que antes había menos vandalismo, menos drogas y menos riesgos-.
Con toda mi paciencia he tratado de explicarles a mis hijos los motivos que hoy le expreso a usted: y tal parece que ?a regañadientes- finalmente van comprendiendo que antes de las dos de la mañana no hay tantos borrachos, que antes de las dos de la mañana no hay tantos pleitos -al haber menos alcohol-, y que el índice delictivo es mucho más bajo? ?eso?? ¡¡Antes de las dos de la mañana!!
Lo malo aquí ?y comprendo a mis hijas- es que los ?antros? empiezan a las 11 p.m. y los ?galanes? llegan a las 12, lo que hace que los hijos repelen por estar tan solo dos horas en el ?ambiente?. Cómo me gustaría que los dueños de los ?antros? ?que también deben de tener hijos- nos ayudaran a los padres laguneros implementando algún sistema ?como un show en vivo que empiece a las nueve p.m.- (no vayan a querer regalar vino gratis a los ?madrugadores? pues nos sale contraproducente) de modo que el reventón inicie entre nueve y diez ? como las fiestas de antaño- y que ya para las dos de la mañana, nuestros chicos lleven cuatro o cinco horas ?a brinque y brinque?, y se les haga más ?razonable? el regresar temprano a casa.
Y en el mismo tenor de la ?seguridad? quisiera comentarle, que desde hace días traigo una espinita clavada que hoy quisiera sacármela con usted:
Recientemente leí una noticia que decía que Torreón aún es una ciudad ?pequeña?, y que para dar el ?plus? del desarrollo, necesita ?crecer aún más?, hacer más colonias, más periféricos, y nuevos y mejores hoteles para que éstos puedan albergar congresos y convenciones de diez o 15 mil gentes.
Con toda honestidad debo reconocer que ignoro las ventajas que tendremos cuando en vez de ser 500 mil habitantes seamos tres millones, y cuando en vez de tener una capacidad hotelera de dos mil 700 cuartos, tengamos diez mil. De lo que sí estoy cierto, es de que cuando esa ?modernidad nos alcance?, su servidor (yo) ya no estaré viviendo aquí en Torreón (me habré ido a buscar un pueblo más tranquilo), pues no estoy loco para cambiar la relativa tranquilidad de Torreón, por la violencia, el narco, el vandalismo y mil lacras más que nos llegan por ?defoul? con los modernos crecimientos de las megalópolis mexicanas.
¡¡No, por favor!!... yo no quiero que crezca más mi Torreón, pues sé bien que con el crecimiento y el modernismo, nos llegarán también los cárteles de la droga, las mafias, la inseguridad, las muertes violentas a plena luz del día y otras lacras que aparecen ?de facto? en las grandes ciudades. Deseo sinceramente que mi Torreón siga siendo ?provincia? por muchos años más, y que mis hijos y nietos crezcan aquí? en santa paz.
Hoy por hoy considero, que Torreón está viviendo su ?etapa perfecta? de crecimiento. Por el lado negativo, con un tráfico ?aceptable?, una burocracia mediana, y una delincuencia ?controlable? y en vías de ser aún ?mas controlada?. Y aquí mi respeto para el trabajo de ?Don Colorado? Gutiérrez Pesquera -y vaya que el ?Don?? se lo ha ganado a pulso-.
En contraparte y por el lado positivo tenemos muchos y excelentes cines, tres hermosos teatros, magníficos espectáculos y obras teatrales que nos llegan de todo el mundo, buenos y modernos hoteles, y qué decir de sus exquisitos y finos restaurantes de todos los países y especialidades.
Si en mi mano estuviera, le pondría -antes de que fuera demasiado tarde- ?un tope? al crecimiento desmedido de nuestra ciudad y defendería hasta la muerte el que jamás perdiéramos nuestra bella cualidad de ?ciudad provinciana?, todo ello en beneficio de los laguneros que aquí vivimos? ?y que aquí desearíamos morir?.
PD: El publicar un libro te sirve más que nada para poner los pies en la tierra y darte cuenta de que no son tantos los que se interesan por tus letras. De cualquier forma si usted desea tener el libro que acabo de publicar, se lo venden en 50 pesos en la Dirección Municipal de Cultura ?esquina de Colón y Matamoros-.
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