EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- ?Que me perdonen. Yo también soy padre y comprendo el dolor de perder un hijo?. Fueron las primeras palabras que articuló Juan Carlos Pérez Ibarra, luego que el Ministerio Público le concedió su libertad cuando los familiares del menor fallecido trágicamente desistieron de la denuncia. No fue necesario depositar fianza alguna.
Después de conocer la noticia de su liberación, luego de permanecer encarcelado 48 horas, acusado de las graves lesiones que sufrió el pequeño Johan Alejandro Castañeda, de seis años de edad, quien sucumbió a las mismas horas después, tras haber intentado de manera imprudente ?colearse? en el carromato de tracción animal que tripulaba Juan Carlos, éste manifestó no poder dormir cuando se enteró del fallecimiento del infante.
?Me siento culpable por lo que ocurrió. Espero que sus padres me perdonen, pero yo no tuve la culpa. También soy padre y no le deseo el mal a nadie?, dijo ante los representantes de los distintos medios de comunicación.
?A todos ustedes ?dijo dirigiéndose a los reporteros? también les agradezco que hayan publicado la noticia como fue, un lamentable accidente que nunca se borrará de mi mente?, dijo entre lágrimas Juan Carlos.
El Ministerio Público otorgó su libertad, una vez que los familiares del pequeño Johan Alejandro desistieron de su denuncia y tras haberse determinado en el peritaje terrestre realizado por Servicios Periciales de la Procuraduría General de Justicia del Estado, que el propietario del carromato no tuvo responsabilidad en el fatal incidente. De lo contrario habría que depositar 280 mil pesos como fianza.
La mañana del pasado lunes 18 de abril, al circular por las calles de la colonia J. Luz Torres, a bordo de su carromato de tracción animal, Juan Carlos Pérez Ibarra, de 21 años de edad, cuatro niños, entre los cuales estaba el menor fallecido, de apenas seis años de edad, intentaron abordar por el costado y parte trasera de la carreta, arrastrada por un famélico jamelgo.
Pese a la prohibición que les hizo Juan Carlos, los pequeños persistieron, con la desgracia que la parte de abajo del pantalón de Johan Alejando, fue atrapada por el eje y éste a su vez lo jaló, destrozándole la pierna izquierda que luego hubo necesidad de amputársela.
Sin embargo, el niño se golpeó fuertemente la cabeza y horas más tarde en la unidad de Terapia Intensiva de la clínica 71 del Seguro Social, dejó de existir.