Durante los últimos días la humanidad ha vivido con intensidad el hecho de que la cristiandad tiene un nuevo Papa, Benedicto XVI, después de la muerte de S.S. Juan Pablo II, la cobertura y difusión que se le dio a estos hechos históricos superó por mucho en cobertura a la mayoría de los acontecimientos que se exponen como noticia en la vida diaria.
Durante las horas de televisión y de radio pude percatarme de la forma como se expresó esa noticia en diversos países, por supuesto la cobertura de la prensa mexicana ha sido expuesta con gran detalle, pero por curiosidad revisé cómo comunicaron la misma noticia los americanos, los españoles, los alemanes y también los italianos.
Omito las fuentes pues no deseo herir susceptibilidades ni tampoco evidenciar a alguien.
Tuve oportunidad de leer esas noticias por periódicos digitales y analizar sus editoriales, así como las respectivas secciones de opinión en la red, todo ello sobre el nombramiento del cardenal Ratzinger como Papa Benedicto XVI. Qué sarta de imprecisiones nos atrevemos a decir algunos humanos, sin más, emitiendo juicios de valor con pobre conocimiento de las personas y de las cosas.
Coincido con el obispo de Ratisbona, Gerhard Müller, que dedicó su homilía en la catedral de esa ciudad alemana, en una misa solemne en honor del nuevo Papa, quien calificó de "superficialidad informativa" el tratamiento de la prensa sobre la persona de Ratzinger. El nuevo Papa Benedicto XVI está muy vinculado a esa ciudad, pues fue el vicerrector de su Universidad, él visita continuamente y ahí vive su hermano. Cito al obispo: me pone nervioso la terrible información que aparece sobre Ratzinger en los diarios y la televisión.
Si la primera etiqueta que se le da al Papa Benedicto XVI es de dureza o de intransigencia, de radicalidad o cualquier otra cosa que se le pueda ocurrir a usted amigo lector, lo primero que le preguntaría, ¿Ha leído algún escrito del cardenal Ratzinger sin que esté fuera de contexto, como acostumbran algunos pseudo escritores? ¿Ha leído algo sobre algún tema que le interesa o simplemente a leído los juicios de valor de alguien que tampoco ha leído sus obras? Entonces, cómo opinar sin conocer, ¿Acaso la opinión desinformada no es la de un ignorante, o peor aún, la de alguien que se ostenta como informado? por ello lo invito a que con mente abierta y corazón dispuesto se disponga a leer lo que su Santidad Benedicto XVI nos presente.
Las enseñanzas de la Iglesia no se escriben para impactar a las masas, sus obras e indicaciones buscan educar nuestra conciencia, pulir y afinar nuestra alma en lo individual, le hablan al individuo, cuyo interés es el símil del Pastor que vela por sus ovejas y que al ver a una perdida, deja todo lo que tiene y sale a su encuentro, sea pues la voz del Papa la que escuche al estar fuera de su rebaño y con ello acuda al llamado de la salvación.
La fe no es materia de popularidad, ni la función del Sumo Pontífice está sujeta al raiting de los políticos ni sus enseñanzas son para la mejora de las condiciones de la materia o de la ciencia, son para la mejora de nuestra alma y nuestra vida de fe, por ello recibo con alegría y fe los designios del Espíritu Santo en el nombramiento de Joseph Ratzinger como Sumo Pontífice, Benedicto XVI, y hoy lo único que puedo hacer es rezar por su ministerio y aprender de sus enseñanzas.