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Quehacer empresarial / El aprendiz

RODOLFO LUNA WALSS

Se dice que cualquier medio de comunicación (llámese televisión, prensa o radio) tiene como objetivo básico cumplir con una función social, es decir; la de servir como vínculo de comunicación y expresión de la sociedad en la que están inmersos y que buscan representar.

Vaya, ese es el objetivo social; pero a final de cuentas un medio de comunicación es una empresa y como empresa debe de ser rentable, dicho de otra forma: debe de ser negocio. Y en aras de la rentabilidad, y particularmente en la televisión; de un tiempo para acá, la televisión mexicana comenzó a importar ideas que iban más allá de un programa de concursos tradicional en donde se ponía en juego la habilidad de los participantes de contestar preguntas, a veces muy complejas como aquél viejo programa de ?El Gran Premio de los 64 mil pesos? o de tiempos más actuales con preguntas más simples como en ?El Rival Más Débil? o ?La Silla?, pasando por programas que miden la destreza física y la resistencia a situaciones asquerosas por parte de los concursantes como en ?Fear Factor? para llegar de plano al vouyerismo y chabacanería de ?Big Brother? en donde no se mide nada de lo anterior sino únicamente el televidente puede ver, las 24 horas; a una runfla de ignorantes; flojeando todo el día.

Cualesquiera de los formatos anteriores, se les llama ahora reality shows y primero triunfaron en forma contundente en Estados Unidos y después ?como ya lo mencioné- la televisión mexicana ha explotado ese tipo de programas.

Sin embargo dentro de los reality shows existe un tipo de programa muy diferente a lo tradicional con un concepto altamente inteligente y es que desde hace poco más de seis meses ha llegado a la televisión mexicana (aunque únicamente por cable y doblado al español) un formato de concurso que desarrolla un anhelo de cualquier persona: el deseo de obtener un magnífico empleo, retador, bien remunerado, de gran jerarquía y para una empresa exitosa. Esa idea nace bajo el nombre de El Aprendiz.

El Aprendiz desarrollado con el conocimiento en producción televisiva de Mark Brunett (exitoso productor de la cadena de televisión NBC) y la conjunción de un exitoso y controvertido empresario: Donald Trump.

Según el listado de la revista Forbes sobre los hombres más ricos del mundo; Donald Trump ocupa el lugar número 44 (de hecho, Carlos Slim es más rico que él) sin embargo el éxito de Trump es muy remarcable por tratarse de una persona que ha hecho una buena parte de su fortuna a través de las inversiones inmobiliarias y en no más de una vez ha caído en la bancarrota y su capacidad intelectual de convencer a sus acreedores que en vez de demandarlo y quitarle sus bienes lo mejor es que se conviertan en sus socios y de esa manera ganar todos juntos.

Trump, con su olfato de negocios; se asocia con Mark Brunett y la NBC para producir El Aprendiz; un programa en el cual se reclutarán (de entre más de un millón de solicitudes) a 18 candidatos que durante 16 semanas vivirán juntos y que agrupados en 2 equipos a los que se les llamará compañías, tendrán que, cada semana, sacar adelante a un proyecto empresarial que va desde ?citando algunos ejemplos- crear una campaña publicitaria para algún producto de Nestlé, o un nuevo catálogo para la marca de ropa Levi´s, o rescatar un hotel, remodelarlo y ponerlo a operar hasta obtener utilidades; lo anterior en tan sólo tres días, etcétera. Al final de cada prueba hay un equipo (compañía) ganador y dicho equipo recibo un premio fuera de lo común, como cenar en un lujosísimo restaurante, o conocer a Rudolph Guilanni, o a Billy Joel, o quizás viajar en uno de los yates o helicópteros de Trump sobre Manhattan de noche. Sin embargo, el equipo perdedor, acude a la sala de consejo en donde Donald Trump, junto con dos de sus colaboradores; evalúa el desempeño del equipo así como de su líder o director y según su actuación y defensa de la misma en la junta de consejo....uno de ellos será despedido. Cada semana, cada equipo elige a un nuevo director de proyecto y al mismo tiempo enfrenta una prueba más compleja que busca evaluar cómo sería el desempeño de cada miembro del equipo en el mundo real de los negocios en base a sus habilidades de liderazgo, creatividad, delegación de autoridad, motivación, manejo del estrés y desde luego la capacidad de generar utilidades.

Al final; Trump elegirá de entre dos finalistas (ya que los anteriores fueron despedidos en cada prueba) y contratará a uno de ellos para que, de verdad, dirija a una de sus empresas. El ganador obtendrá un empleo, un salario de más de seis dígitos (en dólares por supuesto), un auto de lujo y el reconocimiento por ser el más sagaz del concurso.

La riqueza y quizás el verdadero valor de El Aprendiz está que quién en él participan son gente real, se enfrentan a situaciones reales para obtener algo también real; además de que en cada programa, todos ?concursantes y el mismo Donald Trump- nos dan una verdadera cátedra práctica de Alta Dirección de Empresas en un show altamente entretenido y rico en conocimiento.

No deje de verlo, El Aprendiz se encuentra ya en su tercera temporada; pasa los martes a las 10:00 p.m. por el canal People & Arts de televisión por cable y se repite los domingos a la misma hora.

Ojalá y un día Televisa o Televisión Azteca llegaran a producir algo así; aunque sinceramente lo dudo mucho; o cuando menos compraran los derechos para transmitirlo por televisión abierta y entonces sí cumplieran con la labor social que como medios de comunicación les toca cumplir.

El autor es Coordinador de las Maestrías en Administración y Alta Dirección y Calidad de la Universidad Iberoamericana Laguna.

e-mail:

rodolfo.luna@lag.uia.mx

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