Definitivamente el que un estado y particularmente un municipio cuente con adecuadas y suficientes vías de comunicación es detonante de su crecimiento económico y por ende del bienestar social de la población.
Allá por los años setentas, cuando se vislumbró la necesidad de contar con una carretera que ?diera la vuelta? a las ciudades de Torreón, Gómez Palacio y Lerdo y al mismo tiempo conectara ?sin necesidad de entrar a cualesquiera de las tres ciudades- a las carreteras que van a Saltillo (por el lado de Torreón) a Chihuahua (por el lado de Gómez Palacio, hay que recodar que en aquellos años la autopista a Durango era nada más que un sueño) y a Durango y México (por el lado de Lerdo) definitivamente hablaba de una visión estratégica que reafirmaba ?una vez más- la importancia de la zona conurbada lagunera como un obligado cruce de caminos tanto para carga y pasajeros y en el que el periférico entonces llamado Raúl López Sánchez y considerado en toda su longitud como carretera federal formaba una parte coyuntural en la estructura de interconectividad de la región con el norte, centro, y las costas del país.
Al paso del tiempo, aquella carretera de sólo dos carriles, se vio rebasada por el excesivo tráfico, primero de transporte de carga y ahora también por un elevado número de automóviles; así como el crecimiento de las manchas urbanas de las tres ciudades que han terminado absorbiéndolo y convirtiéndolo prácticamente en una avenida más. Así pues las adecuaciones a aquella carretera otrora en las afueras de la ciudad no se hicieron esperar; primero, en Torreón; el cruce del periférico con la carretera a San Pedro que tantos accidentes ?y vidas- cobró detonó la necesidad del primer puente vehicular, después (con la inundación de 1991) la necesidad del puente ?Solidaridad? sobre el lecho del Río Nazas; posteriormente, en Gómez Palacio, la municipalización del tramo del periférico que cruza ese municipio y los puentes con los entronques de la carretera a Tlahualilo, la carretera a Chihuahua y el camino a San Isidro.
Hoy en día el periférico es utilizado como la única vía de salida para transportes de carga y al mismo tiempo como la manera más corta de trasladarse de Torreón a Gómez Palacio y Lerdo (o viceversa) por miles de personas que viven en una ciudad y trabajan en otra. El periférico fue rebasado. Ahora, con la inminente inauguración de la ampliación a ocho carriles del mismo en la parte de Torreón, la construcción del puente ?Centenario? en Gómez Palacio y el extraño régimen de administración del mismo ya que del lado de Torreón el periférico es carretera federal, en Gómez Palacio es municipal y en Lerdo vuelve a ser carretera federal, el periférico luce con un desarrollo totalmente desigual que hace que aún y con las mejoras que se hacen en Torreón, parcialmente ayuden a desfogarlo.
Y es que del lado de Torreón, la inauguración ?a como dé lugar- de los ocho carriles del periférico antes de que termine éste mes de noviembre adquiere sin duda algunas tinte políticos y se vería como una obra terminada tanto para las administraciones estatales y municipales salientes; pero vasta transitar por el mismo para darse cuenta que esta obra ?bien intencionada y necesaria- tendrá que forzosamente ser ?arreglada? por las nuevas administraciones estatales y municipales de Coahuila y Torreón respectivamente ya que se advierte la falta de más señalamientos, la calidad del pavimento es totalmente desigual, es decir a los carriles actuales en uso no se les atendió y están deteriorados y contrastan con el pavimento de los carriles nuevos así como el estado de la carpeta asfáltica de los puentes que ya existían y con los que conectan los nuevos carriles, además la calidad del alumbrado es desigual y no existen ningún puente peatonal.
Por otra parte, del lado de Gómez Palacio, el punte Centenario vendrá a resolver parcialmente el problema, ya que por una parte eliminará el cuello de botella que se genera por la incorporación de autobuses de pasajeros al periférico al mismo tiempo el entronque con la carretera a Jabonoso; no quedará resulta la necesidad de ampliar el aforo de la vía, es decir a ocho carriles como ya sucederá en Torreón, y aunque en el presupuesto de egresos del Gobierno de Durango se contempla esta obra, habrá que esperar.
Del lado de Cd. Lerdo, ahí el periférico, podría decirse; está ?a la buena de Dios? , sin alumbrado, señalamientos, mantenimiento a la carpeta asfáltica y vigilancia se requiere de verdadera pericia al conducir de noche sobre el mismo.
Ojalá y las administraciones estatales y municipales entrantes del lado de Coahuila hagan lo necesario para que la ampliación a ocho carriles se convierta en una vía, además de rápida; segura para quienes transmitamos en ella, y que las autoridades estatales de Durango no demoren más y se pongan a la par con Coahuila en la ampliación de la misma. También se comenta que ya está en planes un segundo periférico que saldría desde Matamoros, Coah., entroncando en el Vergel con la autopista a Chihuahua y terminando en León Guzmán. Creo que es tiempo ya de hacerlo, y no que nos pase lo que con el actual periférico en el cual el crecimiento y desarrollo de la Comarca ya casi lo rebasó.
El autor es Coordinador de las Maestrías en Administración y Alta Dirección y Calidad de la Universidad
Iberoamericana Laguna.
e-mail: rodolfo.luna@lag.uia.mx
