El fin de año es tiempo de recuentos y balances sobre lo que se hizo y se dejó de hacer. Y aunque siempre ver hacia el futuro tomando en cuenta el presente es la actitud que debemos de tener; nunca hay que olvidar que somos lo que es nuestra historia y el presente que vivimos y el futuro que viviremos es una consecuencia ?y por mucho- de lo que hicimos en el pasado; es por esto que el pasado enriquece y fortalece el quehacer cotidiano (presente) y el que hacer mañana (futuro).
Como parte de estos recuentos; en mi colaboración del pasado miércoles 31 de agosto de éste año que está por terminar; me atreví a pronosticar el comportamiento que las principales variables macroeconómicas del país tendrían al terminar 2005. Además de vaticinar los valores que esperaba alcanzarían a fines de 2005 el tipo de cambio, la inflación y los Cetes, también prometí que los revisaría en la última columna del año. Así pues, en el pasado mes de agosto dije que ?para diciembre- los Cetes estarían en niveles del 9.4 por ciento anual, la inflación cerraría el año en niveles del 3.9 por ciento anual y el tipo de cambio estaría en niveles de $11.20 pesos por dólar.
Hay muchos analistas que le dirán a usted con lujo de detalles lo que aconteció en el año y las causales de esos sucesos, sin embargo ?a toro pasado, cualquiera es torero? lo importante es analizar que pasó, qué pasa y qué podrá pasar; en este sentido diré que en lo que se refiere a los niveles de los Cetes, los mismos se encuentran actualmente en niveles del ocho por ciento, el tipo de cambio en niveles de $10.70 y la inflación en 3.4 por ciento anual. Quiere decir que en todos los casos me equivoqué ?a favor?, es decir mis predicciones fueron ligeramente más altas a la realidad. Y digo ?a favor? porqué tener un dólar barato ?como ahora- es causal directo de la baja inflación y de la menor necesidad de financiamiento corriente del gobierno (dado que se mantiene un elevado nivel de reservas) y por ende una tasa de interés baja que favorece la inversión productiva incentivando el crédito al tener un costo del dinero bajo.
Que bueno que mis pronósticos se quedaron arriba de lo real; quiere decir que el desempeño macroeconómico de la economía mexicana fue mejor a lo esperado.
Bueno, pero como ya dije, ya lo que pasó, pasó y ahora...¿qué nos espera para 2006?... La estimación para diciembre 2006 es la siguiente: Cetes, 7.5 por ciento anual; tipo de cambio: $11.50 pesos por dólar, inflación anual: 3.5 por ciento, Índice (IpyC) de la Bolsa Mexicana de Valores: 20,475 puntos (aprox. un 17 por ciento arriba del nivel actual).
Con todo y que 2006 es año político y el fantasma de que lleguen a la presidencia políticos populista y probadamente corruptos como Madrazo y/o López Obrador, aún así las perspectivas macroeconómicas son buenas: altos niveles de los precios del petróleo, alto nivel de reservas internacionales, endeudamiento del gobierno federal y sobre todo exigibilidad en el corto plazo de la deuda bajísima (menos del cuatro por ciento del total) y perspectivas de inversión.
Con esto quiero decir, que por mucho; la suerte que tengamos el año que entra por mucho depende de nosotros mismos, de la creatividad en los negocios que tengamos, del trabajo tenaz y arduo, de que expresemos nuestra opinión y exijamos resultados a quienes nos gobiernan y que sepamos apreciar, valorar y conservar la libertad ideológica y democrática que hoy gozamos.
Feliz Año Nuevo 2006.
El autor es Coordinador de las Maestrías en Administración y Alta Dirección y Calidad de la Universidad Iberoamericana
Laguna.
e-mail: rodolfo.luna@lag.uia.mx
