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Quinto Informe

Juan de la Borbolla R.

Mientras el PRI mantuvo el poder, el Quinto Informe de Gobierno se caracterizaba por ser la mayor fiesta personal del presidente en turno.

El festejado llegaba a esa cita anual en la que se inaugura el período ordinario de sesiones del Congreso de la Unión en medio del mayor poder posible dentro de un sexenio, dado que precisamente se procuraba que el famoso destape del sucesor, se consumase meses o cuando menos semanas después de ese ritual republicano y por ende el primer mandatario llegaba con toda la fuerza que le daba ser el gran elector y el hombre fuerte del país, que en ese Informe podía alardear de los logros conseguidos en un quinquenio.

Por ello el pasado primero de septiembre hemos tenido en todos los sentidos un Quinto Informe de Gobierno inédito. Simplemente el hecho de que no pueda augurarse el triunfo de las elecciones del próximo julio de 2006, le otorgó a esta comparecencia presidencial un tono distinto al de las anteriores.

Por otra parte el presidente Fox, sólo entregó el Informe del ejercicio anual y posteriormente lo que hizo fue dirigir un mensaje político de unas cuantas cuartillas, cuando en tiempos no tan remotos los asistentes a dicho evento tenían que escuchar la lectura de centenares de páginas de datos numéricos y hazañas presidenciales.

En su mensaje político Fox encaró directamente problemas no solucionados en su sexenio como son la inseguridad ciudadana promovida por la escalada de la delincuencia organizada, el insuficiente combate a la pobreza, el menor crecimiento económico del prometido y la dificultad de entablar auténticos puentes políticos con sus interlocutores sobre todo en el Poder Legislativo y al tiempo, se comprometió a garantizar que el proceso electoral de 2006 recibirá un trato imparcial por parte de su Gobierno.

Otra parte importante del Informe fue cuando solicitó al Congreso de la Unión a no posponer más las decisiones importantes que reclama el país para los cambios estructurales tan necesarios, porque postergarlas implica “graves costos” para la nación. El clima en el que se desenvolvió el Quinto Informe fue indudablemente el más civilizado de los últimos tiempos, lo cual en mi opinión se debió a un acertado trabajo político desplegado desde la Secretaría de Gobernación principalmente.

El secretario Abascal callada pero eficazmente ha venido trabajando para lograr lo que el presidente Fox expresara en frase afortunada: “Hemos construido demasiados muros y pocos puentes”.

Quizá en razón de esa frase: el formato mismo del mensaje presidencial, el contenido poco belicoso de sus palabras, el ambiente que se quiso propiciar desde Gobernación, la oficina de la Presidencia y las mesas directivas de las Cámaras de Diputados y Senadores, consiguiera que el clima fuese menos propicio a interpelaciones y espectáculos lamentables de parte de ciertos diputados que a falta de capacidad intelectual para plantear y discutir reformas legales hacían y siguieron haciendo, ahora en menor cantidad, auténticas payasadas que les otorgaron sus cinco minutos de fama, a cambio de propiciar ese descrédito con que la opinión pública mira en general a los legisladores.

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