La forma en que se educa en México es muy antigua.
Se requiere cambiar el sistema tradicional basado en la enseñanza
El Siglo de Torreón
Torreón, Coah.- La declaración es contundente: “un millón 200 mil alumnos de secundaria quedan fuera del sistema escolar en el país cada tres años a causa de la inoperancia del plan de estudios actual, por lo que urgen reformas”, afirmó el 30 de octubre el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Reyes Tamez Guerra.
Para replantear la enseñanza, la Secretaría trabaja en fortalecer materias como matemáticas, lectoescritura, español y enseñanza de las ciencias, “porque ahí es donde tenemos los problemas más serios”.
El plan de estudios vigente, data de 1993 y ofrece resultados dramáticos en la actualidad.
“Por razones académicas, queda fuera el 20 por ciento de los estudiantes cada tres años, si hablamos que tenemos en secundaria seis millones de alumnos, estamos dejando fuera del sistema educativo un millón 200 mil alumnos cada tres años. La razón fundamental es que se trabajó el actual plan de estudios bajo la hipótesis de que los jovencitos en esta edad, tenían capacidad de integración, de disciplinas y conocimiento diferente”.
En esa ocasión el funcionario explicó que al pasar de primaria, “donde un profesor es el que conduce toda la educación a secundaria donde tienen 12 profesores diferentes y muchos no pueden por esta razón”.
Y es que el problema se hace más grave cuando Luis de Villa Barrera, el rector de la Universidad Politécnica de Gómez Palacio, advierte que la Educación sigue siendo un factor de desarrollo en todas las sociedades.
“De hecho en las empresas se empieza a mencionar la necesidad de invertir en capital humano, es decir en educación. La Universidad Politécnica busca que nuestros egresados sí puedan insertarse en la sociedad y puedan desarrollar todas sus potencialidades y conocimientos de manera tal que puedan ser factores de movilidad social”.
Por su parte Pascual Ramírez García, titular de Enlace Administrativo de la misma universidad, afirma que si visualizamos la educación como el elemento que va a potencializar el desarrollo de las sociedades en todos sus niveles, “tendríamos que tener más claridad en los profesionistas que estamos formando para que sean verdaderamente agentes que coadyuven al cambio y evolución de la sociedad”.
Los modelos educativos
Para Rafael Rodríguez, maestro-investigador de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN), en términos generales la forma en que se educa en México es prácticamente la misma que hace dos o más siglos.
“Es cierto que se han incorporado nuevas tecnologías educativas al salón de clase, tales como la proyección de imágenes mediante proyectores y computadoras, pero en la realidad este no es un cambio verdadero. El paso del pizarrón de tiza al de marcadores delebles sólo facilita un poco la labor docente, pero no mejora el proceso educativo. El paso del franelógrafo al rotafolio, y de éste, al proyector de cuerpos opacos, del proyector de cuerpos opacos al proyector de transparencias, del proyector de trasparencias al de diapositivas y de este último al de imágenes multimedia son sólo pasos hacia delante en un proceso de facilitación de la función del maestro, pero no del proceso de aprendizaje, el cual ha vagado en círculos a través de estos cambios”.
El paso del salón de clases físico al virtual es otra herramienta que más que mejorar el proceso educativo ha mejorado el proceso administrativo al permitir que un profesor atienda a más alumnos que antes, incluso a larga distancia, pero una clase con el maestro a dos metros o mil kilómetros no necesariamente es diferente.
“La educación requiere el cambio de un sistema tradicional, basado en la enseñanza, a un sistema innovador basado en el aprendizaje. Se dice fácil, pero no es una labor sencilla ya que requiere, antes que nada, de la intención de realizar el cambio y después y tal vez más importante, comprender la diferencia entre estos dos conceptos: enseñanza y aprendizaje y de su papel en el proceso educativo global”, sostiene Rafael Rodríguez.
La Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES, 2000) señala que los avances en las ciencias cognitivas, durante las últimas décadas, muestran que para que el aprendizaje se logre -especialmente tratándose de habilidades superiores y de niveles de dominio elevados– no basta que una persona exponga frente a otras ciertos temas, como se hace durante la mayor parte del tiempo de enseñanza en muchas de nuestras casas de estudio, sino que es necesario cambiar el énfasis, pasándolo de la enseñanza al aprendizaje basado en el estudio personal y grupal por parte de los estudiantes. De la misma forma en otros países como Estados Unidos, se ha hecho común un debate acerca del proceso -motivar a los estudiantes acerca del cómo aprender- versus los contenidos temáticos, es decir, el impartir hechos, conceptos y otros conocimientos a través de los cursos tradicionales.
Al respecto Rosa María Franco Parra, coordinadora de la Universidad Autónoma de Coahuila (UA de C), Unidad Torreón, señala que desde hace años se están preparando para que todos los docentes pongan en práctica el modelo que conlleva a preparar alumnos para que aprendan ellos mismos, de manera tal, que los maestros se conviertan en un facilitador de las cuestiones del aprendizaje y no como antes se hacía de darle todo digerido al alumno.
“Los planes de estudio que estamos desarrollando actualmente dejaron hace mucho de lado el modelo antiguo, de manera tal que estamos totalmente comprometidos en un cambio de aprendizaje para que el alumno se convierta en su propio maestro”.
Esta visión es compartida por Juan Francisco Salazar García, director de Extensión Universitaria de la Universidad Tecnológica de Torreón, quien explica que es imposible centrar la educación en lo tradicional, en donde el maestro era el que llevaba todo el peso del proceso, han cambiado los tiempos el alumno tiene que tener la preocupación por el aprendizaje.
“El maestro ya no tiene el 100 por ciento del peso en el proceso de aprendizaje, el alumno tiene que buscar elementos, la educación debe promover al individuo hacia los cambios para poder mejorar”.
Y es que hasta el momento México ha apostado por la memorización. Los alumnos memorizan datos un día antes del examen pero son incapaces de hacer suya esa información para resolver problemas en la vida diaria.
“La educación de memoria no vale, esto no tendrá resultados porque la memoria tarde o temprano falla, hay que apostarle a otras estructuras fuertes dentro de la potencialidad del ser humano, el individuo tiene la capacidad de descubrir, aprender y transformar, el maestro no debe darle todo al alumno, el actor principal es el alumno”, reflexiona Salazar García, quien agrega, “los alumnos deben ser autodidácticas, hay muchos que se conforman con lo que ven en el salón de clases y esto es muy poco, eso es lo elemental porque ahora hay un mundo de información, que tengan el gusto de la lectura y las ganas de investigar”.
Pascual Ramírez García titular de Enlace Administrativo de la Universidad Politécnica de Gómez Palacio, señala que uno de los principales problemas para avanzar en el sentido de la construcción del conocimiento, de ir sustituyendo la imagen del maestro como “sabelotodo”, por el coordinador o facilitador que permita integrarse como un elemento más del grupo a través del aprendizaje grupal a la construcción de los conocimientos, es el modelo en el que fuimos formados los profesores. Es un modelo que tiene que ir evolucionando y que a través de esfuerzos importantes de capacitación permanente y de actualización ir haciendo más fácil llegar.
“Estamos en un proceso en el que tenemos que ir haciendo esa transformación y la parte esencial, es en el cambio de actitudes de los maestros para transformarnos en esos facilitadores”.
Proceso lento
El maestro-investigador Rafael Rodríguez señala que el aprendizaje es el proceso mediante el cual se obtienen nuevos conocimientos, habilidades o actitudes a través de experiencias vividas que producen algún cambio en nuestro modo de ser o actuar.
“Bajo este contexto, el aprender nos da la oportunidad de crecer, de asimilar la realidad y aun transformarla, para lograr una existencia más plena y más profunda. En un contexto nacional, requerimos aprender sobre nuestro entorno para transformarlo y propiciar el desarrollo ya que, de lo contrario, continuaremos dependiendo de los países que generan conocimiento para intentar adecuarlo a nuestras necesidades, lo que es un proceso caro, lento e ineficiente” expone.
Por su parte Federico Sánchez Galindo, titular de la Subsecretaría de Educación Pública de Durango, comenta que los nuevos objetivos en el proceso educativo es el de formar de ciudadanos capaces de desempeñarse con éxito en la sociedad del futuro, “que también se concibe como la sociedad del conocimiento, es decir, nuevos ciudadanos que se formen en las aulas y fuera de ellas sean altamente productivos y competitivos y comprometidos con el desarrollo sustentable del país”.
En este contexto el presidente del Consejo Mexicano de Investigación Educativa, Mario Rueda Beltrán, ha señalado en diversas ocasiones la necesidad de modificar los actuales métodos de enseñanza y aprendizaje para adecuarlos a los requerimientos de la sociedad mexicana.
El especialista cita que desde su punto de vista: “en la educación y la escuela se requieren cambios permanentes. La sociedad mexicana se ha movido, ha cambiado y no se pueden mantener las mismas condiciones de enseñanza y aprendizaje que antaño”.
Esto con el fin de buscar mejores condiciones de adaptación de la escuela a los cambios de la sociedad, razón por la cual deberían alentarse esas modificaciones.
Y es que según la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (Cepal) tener menos de 12 años de escolaridad en América Latina es casi una sentencia de pobreza.
Quienes no alcanzan ese promedio de formación académica tienen una alta probabilidad de situarse por debajo del acceso a los satisfactores esenciales, pues la educación es un medio esencial para abatir la pobreza. Así pues elevar el nivel de educación es gran el reto que tiene México para aspirar a un mejor nivel de vida.
Competitividad, la urgencia
El académico Héctor Manuel López-Pérez, del Centro de Investigación y Desarrollo Educativo de México, señala que en virtud de los rápidos cambios naturales del conocimiento en todas las disciplinas y la subjetividad de los sistemas para licenciar a los estudiantes, se argumenta que el mejor indicador de una educación exitosa es la habilidad de pensamiento complejo en los problemas difíciles.
“Es coincidente entonces que desde tiempo atrás ya se hubiera planteado que el énfasis dado a las habilidades específicas entrarían en las prácticas de evaluación decadentes, para favorecer una educación orientada hacia la cultura general multivalente que le permitiera al individuo una mayor flexibilidad para adaptarse rápidamente a un sistema de producción cambiante”.
Afirma que adoptar esta propuesta es determinante para ser competitivo, ya que el cambio es la única constante en el mundo del manejo de la tecnología de hoy.
“Cuando la industria se mueve junto a una revolución sin precedente, el momento y el impacto de los cambios son rápidos y profundos. Esto puede afectar a las profesiones drásticamente. Puede necesitarse redefinir las metas y las estrategias personales y profesionales para acoplarlas a los nuevos cambios”.