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Radiografía|Un país de consumidores

Narcotráfico, una batalla que se está perdiendo

La delincuencia organizada fomenta desde 1990 el mercado interno.

El Siglo de Torreón

Comarca Lagunera.- El número de cárteles que disputan el control del tráfico de droga en México varía según distintas fuentes oficiales. La Procuraduría General de la República (PGR), estima que el narcotráfico es hoy cosa de dos grandes grupos, dirigidos por Joaquín Guzmán Loera y Osiel Cárdenas.

Otras informaciones judiciales cifran en ocho el número de cárteles de la droga que opera en la geografía mexicana. El general retirado Barry McCaffrey, antiguo zar antidrogas de la Administración Clinton, ha rebatido ambas versiones a su paso por la capital mexicana. Asegura McCaffrey, con datos de la Agencia Antinarcóticos Estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés), que en la frontera norte de México operan unos cien grupos delictivos dedicados al tráfico de droga que pertenecen a 30 grandes organizaciones criminales.

Para el general, que actualmente es consultor externo de la Administración Bush, la guerra contra el narcotráfico es más mortífera que la guerra contra el terrorismo. Estas son sus cifras: 52 mil personas pierden la vida cada año a causa de las drogas, comparados con los 12 mil soldados estadounidenses que han muerto en Irak desde que empezó la guerra.

El problema del narcotráfico se agravó cuando México dejó de ser un país trampolín del tráfico de drogas para convertirse en uno de consumidores.

Juan Francisco Vázquez Novoa, secretario de Seguridad Pública en Durango, explica que cuando en Estados Unidos se implementan programas para cerrar o hacer más estrecha la vigilancia en sus fronteras terrestres y en sus fronteras marítimas; cerrar el paso de drogas a ese país, en ese momento los traficantes de drogas buscan otras opciones y si bien es cierto que la República Mexicana no es un mercado tan benigno para ese tipo de delincuentes, no deja de ser atractivo como un campo de acción en donde ellos pueden trabajar.

Carlos Delgado López presidente del Consejo de Participación Ciudadana de la PGR, afirma que México siempre ha sido un paso natural de la droga. Hace años había los cárteles en Colombia y Sudamérica y le pagaban a ciertas personas que les ayudaban, con dólares no con droga, pero hace poco más de diez años cuando vieron condiciones más propicias para utilizar cárteles mexicanos a los que fueron fortaleciendo, en vez de pagar con altas cantidades de dinero, se arreglaron con producto y empezaron a inundar México, “y nos ha hecho mucho daño”.

El alcalde de Gómez Palacio, Octaviano Rendón, recuerda que después del atentado del 11 de septiembre en Nueva York, Estados Unidos tomó determinaciones muy drásticas en torno a todas sus fronteras. “Endurece la seguridad para internarse y eso da motivo a que los narcotraficantes que utilizan la vía terrestre detuvieran sus embarques y la droga se empieza a quedar en México para ser vendida aquí”.

Con esta opinión coincide Enrique Ruiz Arévalo, director del Grupo Especial de la Policía Ministerial de Coahuila, quien señala que tras el ataque a las Torres Gemelas, Estados Unidos comenzó a apretar las fronteras para que ya no pasaran ilegales que pudieran perjudicarlos.

“Entonces la droga comenzó a quedarse en México y los mismos capos ya le pagan a su gente por especie, les dicen: aquí tienes tus tres kilos, muévelos, págatelos y echa a andar tu tienda”.

Roberto López Franco, director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Coahuila (U.A. de C.), e integrante del Comité Estatal de Participación Ciudadana de la PGR, ubica los años de 1984 o 1985 cuando empezó a crearse un mercado interno el cual se consolida en 1990.

“A partir de ese año se empieza a generar un mercado interno para los narcotraficantes, principalmente en ciudades como México y Tijuana que después se extendió”.

Robert Stefanic Mery, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) delegación Torreón, considera que en los últimos diez años México ha dejado de ser un trampolín del tráfico de drogas y se ha convertido en un consumidor más del mercado mundial. Explica que el aumento en el poder adquisitivo de las personas lo convierte en un nicho más propenso para adquirir otros productos, entre ellos los estupefacientes.

Sin embargo, desconoce en qué instante se optó por pagar en especie y no con efectivo, las operaciones de venta dentro del país, pero está seguro que representa un mercado alternativo de este negocio de la delincuencia organizada.

Marco legal obsoleto

En los últimos días la sociedad civil ha sido testigo de cómo “narcotraficantes” con relativa facilidad recuperan la libertad. Para Carlos Delgado López, presidente del Consejo de Participación Ciudadana de la PGR, el marco legal no es el adecuado, ya que tiene infinidad de resquicios legales que permiten a los “puchadores” salir en libertad.

“Por ejemplo a quienes se les considera adictos o quienes aseguran cuando son detenidos que las drogas que portan son para consumo personal. Es ridículo y si a eso se le añade la corrupción de agentes del Ministerio Público que integran mal las averiguaciones en complicidad con los jueces, queda claro que hay infinidad de limitantes para aplicar la Ley, lo cual establece de entrada una lucha desigual”.

Rosa María Franco Parra, coordinadora de la Unidad Torreón de la (U.A. de C.) y vicepresidenta del Comité Estatal de Participación Ciudadana de la PGR, menciona la necesidad de modificar las leyes, “haciéndolas más apegadas a la actualidad en que vivimos y que ayude a las autoridades encargadas de procurar la justicia”.

En múltiples ocasiones, por artificios legales recobran la libertad quienes son capturados con droga en su posesión. “Las limitantes se reflejan en que si se atrapa a una persona que es traficante se escuda en el hecho que es para su consumo personal y en base a eso se escapa de recibir el castigo de la Ley”.

La alcaldesa de Lerdo, Rosario Castro, señala que el marco legal de México no es el adecuado para combatir el narcotráfico, pues se permite la liberación de “puchadores”, por lo que señala que se requieren mayores legislaciones, donde las circunstancias de los agentes investigadores en la integración de la averiguación, la consignación y su consecuencia en el juzgado federal respectivo no libere a estas personas que ya tienen antecedentes de varias detenciones.

Rosario Castro dice que también se debe analizar la corrupción, a los jueces que llevan los casos de estos narcotraficantes, que suelen ser ya conocidos por la población y el Ministerio Público pero quedan libres.

Enrique Ruiz Arévalo, director del Grupo Especial de la Policía Ministerial de Coahuila, enfatiza la necesidad de cambiar el marco legal para combatir al “narcotráfico” con mayor eficiencia. “Yo creo que eso sí lo tenemos que cambiar, porque en el momento en que se detiene a una persona con cuatro o cinco grapas, dicen que es para su consumo. La persona que sea detenida aunque sea con una grapa, debería considerarse como un delito mayor, que tenga que pisar la cárcel, pagar una fianza fuerte, estar firmando y tenerlo bien controlado. Una de las limitantes sería que todas las corporaciones deberían poder detener a una persona cuando hay una sospecha de que traen droga, ponerlas a disposición del fuero común o del fuero federal, sería lo más adecuado”.

Las lagunas

Óscar Calderón Sánchez, procurador de Justicia en Coahuila, señala que “una de las grandes lagunas de la legislación federal es que se considera que las personas detenidas con determinadas cantidades de droga y demuestran ser adictos, no son procesadas, pero aunque la Ley los considere como personas enfermas, el punto es que el ‘narcomenudeo’ se ha fortalecido a través de esto. El puchador cuida llevar consigo determinada cantidad que le permita la libertad inmediata. No hay sanciones para los que venden drogas en pequeña escala. En este sentido el sistema legal no ha sido benéfico”.

Para Tranquilino Juárez Ortega, delegado estatal de la PGR en Coahuila, la principal limitante para atacar este flagelo proviene de la misma sociedad.

“El ‘narcomenudeo’ es un fenómeno social y hay que atacarlo, pero al hacerlo, habría que ver lo qué dice la mayoría de la gente. Si es que el Congreso federal y la sociedad determinan que no haya “puchadores”, que no se les permita ninguna dosis, de tal suerte que se reforme, si es al contrario, pues que siga como está. Yo creo que es una tarea del órgano legislativo. La limitante es la misma sociedad y viene otro problema muy grande, porque también ella se deja ir por un sentido común, ese es el problema. Aquí para hacer una Ley tienen que estar sicólogos, sociólogos, filósofos, historiadores, juristas y demás para ver el fenómeno social”.

En contraparte Javier Gutiérrez Pesquera, director de la Dirección de Seguridad Pública de Torreón, opina que hay fallas muy grandes. Una de las limitantes es cuando la Policía Preventiva detiene a una persona con tres grapas. Es un vicioso conocido pero también sabemos perfectamente que es un comerciante de “narcomenudeo”. Se presenta ante el agente del Ministerio Público y bajo el marco legal tiene libertad a salir porque él se declara adicto. Que la persona se declare adicto, no quita la responsabilidad de cuestionar a quién se la compró.

“Porque el marco legal tolera que una persona sea adicto y traiga para su autoconsumo, pero debemos decir que es obligación de quien la compra, declare, antes de obtener su libertad, quién se la vende. Esto no está tipificado en el código, esto no se hace nunca y es la primer falla terrible que hay en los procedimientos en la lucha contra el narcomenudeo”.

Para Alberto Montes, presidente del Colegio Regional de Abogados de La Laguna de Durango, la cuestión jurídica está bien, el marco legal es bueno, el único problema es la desventaja que existe entre las autoridades y los narcotraficantes, el armamento en primer lugar, ya que los delincuentes tienen mejores armas que los Policías.

“Otro de los problemas también sería la corrupción y en el caso de los agentes del Ministerio Público la falta de preparación, ya que normalmente son novatos, no son abogados capacitados que al momento de integrar las averiguaciones no lo hacen correctamente y eso permite que los jueces liberen a los narcotraficantes, tenemos el caso de “El Chapito” que debido una mala integración tuvo que salir en libertad”.

Los valores familiares

El secretario de Seguridad Pública en Durango, Juan Francisco Vázquez Novoa, destaca la importancia de la familia para combatir los efectos del “narcotráfico”.

“Soy un convencido de que un hijo no se transforma en un drogadicto en una semana o en dos semanas, yo creo que la participación de los padres de familia en la atención, cuidado y la vigilancia de sus hijos, sobre todo cuando son menores de edad, es básico. Es importante la convivencia diaria de los padres que a pesar de tener valores morales muy bien cimentados, valores cívicos, si no tienen la convivencia diaria con sus hijos, es posible que eso sea un caldo de cultivo propicio para que esos hijos lleguen a las manos de la delincuencia organizada como es el caso del narcotráfico”.

Para Juan Francisco Vázquez Novoa los valores familiares y los valores cívicos son una parte mucho muy importante de la prevención del delito y en especial de la prevención de la narcodependencia.

“Es básica la comunicación diaria y la observación de los menores; es básico vigilarles sus pertenencias personales, sus lugares donde guardan su ropa y tener una atención muy cercana con nuestros hijos y en cuanto descubramos una desviación escolar o en cuanto a las amistades con que se relacionan, tengamos oportunidad de detener algún problema que si lo dejamos avanzar es muy difícil detenerlo y menos revertirlo”.

77 por ciento de la cocaína que entra a EU procede de México.

En cifras

México es productor de heroína, metanfetaminas y marihuana, según el Departamento para el Control de Drogas de los Estados Unidos.

*Se estima que alrededor de 13 millones de personas consumen cocaína en todo el mundo y que seis millones de ellas viven en Estados Unidos, donde dos de cada cien, mayores de 12 años aspiran la droga.

*No pasa lo mismo con la marihuana, que es la droga que más se consume en el mundo (en el planeta hay 146 millones de usuarios de cannabis). En Estados Unidos, once de cada cien personas mayores de 12 años fuman la droga, y el porcentaje sube a 13 si se toma en cuenta a la población entre 15 y 64 años.

FUENTE: Instigación de El Siglo de Torreón

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