El hijo del inolvidable Francisco "Curro" Rivera, corta dos orejas en la corrida de Navidad.
Torreón, Coah.- Rafael Rivera fue el gran triunfador de la corrida de Navidad celebrada ayer en la Plaza de Toros Torreón, al cortar dos orejas a su segundo toro de la tarde y salir en hombros del coso de la colonia Moderna, que registró una buena entrada. El ganado de Villahermosa salió bien presentado, bravo y con nobleza.
El diestro Manolo Mejía, primer espada de la corrida, estuvo en plan de maestro con sus dos enemigos, en el primero, de nombre Navideño, con un peso de 466 kilos, merecía una oreja por lo bien estructurado en la lidia a un toro débil de patas delanteras, al cual despachó de un estoconazo. Con el capote logró de entrada tres lances a la verónica en los medios, rematados con media verónica, enseguida tres chicuelinas y el manguerazo de Villalba.
Navideño acusó debilidad y en varias ocasiones se dobló en la arena, sin embargo, el maestro Manolo Mejía le supo sacar provecho y entre lo más destacado de su faena logró dos muletazos en los medios, cuatro pases naturales y un remate con el molinete de mano izquierda.
Entró a matar de derecha y dejó estocada entera y honda en todo lo alto, merecía cuando menos una oreja por haberle sacado partido a un toro difícil.
En el segundo burel de la tarde, de nombre Esferita, Manolo Mejía realizó una buena faena con el capote y la muleta, pero falló con el estoque y hasta el quinto intento de matar se dobló el toro en la arena, sin embargo, el público lo despidió con nutridos aplausos.
Luis Ricardo Medina, ?Pasión Gitana?, tuvo una de cal por una de arena, en su primer enemigo, de nombre El Tío, noble y bravo, no se pudo acomodar y estuvo pesado con el acero, a grado tal que el público asistente a la corrida le reclamó, ya que despachó al toro hasta el quinto descabello.
En el segundo de la tarde salió el torero que lleva adentro Luis Ricardo Medina y demostró su toreo de calidad con muletazos de largura, plenos de sentimiento. En su primer intentó de matar pinchó y aprovechó para sacarle una tanda de cuatro naturales y el remate de despedida.
Al segundo intento dejó un estoconazo hasta los gavilanes, pero hubo necesidad de recurrir al descabello para despachar definitivamente el toro, por lo cual perdió dos posibles orejas, sin embargo, el público se le entregó a ?Pasión Gitana?.
Rafael Rivera, hijo del inolvidable Francisco ?Curro? Rivera (qepd), mostró buenas hechuras, en su primer enemigo, de nombre Presidente, realizó una buena y vistosa faena, lástima que al matar el animal se le volvió hueso y no lo pudo despachar debidamente hacia los corrales hasta el primer descabello, después de siete intentos fallidos con el estoque, no sin antes haber escuchado un primer aviso, sin embargo, el público lo despidió con aplausos.
En el segundo de la tarde y último de la corrida, de nombre Rivereño, dio muestras de su gran clase, corrió la mano con mucha tersura y cadencia en cada tanda de muletazos.
La suerte suprema la coronó con un estoconazo que le valió una oreja, la otra fue por su gran faena. Salió de la plaza en hombros al grito de ¡torero, torero!
