Servidores de Internet fueron advertidos por los militares de que deben bloquear el acceso a páginas políticas, entre ellas la de la guerrilla maoísta nepalí.
Katmandú, (EFE).- La comunicación por teléfono e Internet con el exterior se reanudó hoy en Nepal, tras una semana en la que el país ha estado una semana aislado del resto del mundo, después de que el rey Gyanendra asumiera todos los poderes y declarara el estado de emergencia el 1 de febrero.
En un comunicado difundido esta mañana por el Ejército nepalí, se informó de que las líneas telefónicas y de Internet volverían a funcionar hoy, aunque la conexión de los teléfonos móviles tardará unos días en reanudarse.
Según dijo el portavoz de las Fuerzas Armadas nepalíes, general Dipak Gurung, "las conexiones fueron cortadas por motivos de seguridad, y se han restaurado hoy en vista de los inconvenientes causados a la población".
Antes de reactivar el servicio, la treintena de servidores de Internet del país fueron advertidos por los militares de que deben bloquear el acceso a diversas páginas políticas, entre ellas la de la guerrilla maoísta nepalí.
Cientos de personas acudieron esta mañana a los centros de internet, locutorios y cabinas telefónicas para ponerse en contacto con sus familias en el extranjero e informarles de la situación en Nepal.
Todas las redes de las telecomunicaciones, salvo las vía satélite, fueron cortadas en Nepal el pasado 1 de febrero, inmediatamente después de que el rey Gyanendra destituyera al Gobierno encabezado por el primer ministro Sher Bahadur Deuba, que se encuentra en arresto domiciliario lo mismo que el resto de los principales líderes políticos del país.
Gyanendra acusó al Gobierno de haber fracasado en controlar a la guerrilla maoísta en el país y de no haber creado las condiciones para la celebración de unos comicios, pendientes en Nepal desde que el propio rey disolvió el Parlamento en octubre de 2002.
El martes, el monarca asumió todos los poderes para tres años y declaró el estado de emergencia y, al día siguiente, nombró un nuevo gabinete de diez ministros, que el mismo encabeza.
Los grupos políticos consideran que la suspensión de las comunicaciones fue una medida de evitar que los partidos organizaran protestas conjuntas contra el rey tras lo que denominan "golpe de estado real".
La medida ha afectado especialmente a la industria y los servicios, entre ellos los bancos, que no han podido recibir o enviar transferencias del extranjero, y los relacionados con el sector turístico, las aerolíneas, agencias de viajes y hoteles.
Según el diario local "Kathmandu Post", la aerolínea Austrian Air ha suspendido todos sus vuelos semanales durante el mes de febrero, mientras otras compañías han dejado de reservar billetes al extranjero.
Un empresario, que pidió no ser identificado, dijo a EFE que las pérdidas sufridas por el país durante esta última semana debidas al corte de las telecomunicaciones podrían superar los siete millones de dólares diarios.
Mientras tanto, la estricta censura militar de los medios de comunicación continúa y, además de haber sido prohibidas las noticias y cometarios críticos sobre el nuevo régimen y las Fuerzas Armadas, también se ha eliminado toda noticia procedente de la guerrilla maoísta.
Los maoístas, que según comentaristas nepalíes controlan casi dos tercios del territorio nacional, han convocado una huelga indefinida y un bloqueo general de carreteras para protestar contra la actuación del rey Gyanendra, que han calificado de "estupidez brutal".
La huelga y el bloqueo están convocados para el 13 de febrero, cuando se cumplen diez años del inicio de su levantamiento para derrocar a la monarquía e imponer un régimen comunista.
Hoy mismo, la prensa oficial informó de que el Ejército nepalí, con el apoyo de helicópteros, había iniciado una nueva ofensiva contra los guerrilleros maoístas en el oeste del país y aseguraba que habían causado "docenas de bajas" a los rebeldes en sus campamentos y centros de entrenamiento, sin más precisiones.
Ayer, también por medio de la prensa, el nuevo gabinete real ofreció unas conversaciones de paz sin condiciones a los rebeldes, después de que el Ministerio del Interior y el Ejército hubieran amenazado con tomar medidas de fuerza contra ellos si no aceptaban la propuesta, que los maoístas han rechazado.
