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Los Ángeles, california.- El aeropuerto de Long Beach fue reabierto tras permanecer cerrado por más de cuatro horas, luego de recibir ayer una llamada anónima de una supuesta amenaza de bomba, reportaron las autoridades policiacas.
El aeropuerto municipal, localizado a unos 80 kilómetros al sur de Los Ángeles, fue cerrado a los vuelos por lo que no podían despegar ni descender ni había acceso al público tras la amenaza que fue recibida a las 3:06 horas tiempo local.
Cerca de las 08:00 de la mañana el aeropuerto fue reabierto luego que equipos de tácticas especiales y equipos antiexplosivos realizaron una investigación para encontrar la presunta bomba, confirmaron voceros del Departamento de Policía de Long Beach.
En las instalaciones de ese aeropuerto que tiene vuelos nacionales y regionales decenas de agentes de policías, del sheriff y hasta equipos especiales con perros adiestrados realizaron una profunda investigación de la posible presencia de explosivos.
Mientras tanto, pasajeros que esperaban el estacionamiento del área C a una gran distancia del aeropuerto municipal se les permitió el ingreso a las instalaciones aeroportuarios.
Sin embargo, las autoridades indicaron que se espera un notable retraso en la programación de vuelos.
Causa juguete alerta
Una terminal del Aeropuerto Internacional de San Diego, California, fue evacuada ayer debido a que los inspectores de equipajes creyeron haber detectado explosivos en una maleta que finalmente resultó contener un juguete y restos de galletas.
Uno de los equipos de inspección de equipajes detectó lo que en principio parecían componentes para la fabricación de una bomba en una maleta, según fuentes de la Agencia para la Seguridad del Transporte estadounidense citadas ayer por varios medios estadounidenses.
Un equipo de especialistas en desactivación de explosivos se desplazó inmediatamente al lugar, que las autoridades mantuvieron evacuado durante más de una hora, y comprobó que finalmente no había ningún peligro.
Lo que encontraron fue un juguete y algunos materiales orgánicos que resultaron ser restos de galletas.
Las dos cosas combinadas, cuando pasaron por las pantallas de detección de explosivos, daban la impresión de ser realmente componentes para la fabricación de artefactos explosivos, precisaron las fuentes.
