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FLORIDA, EU.- Florida se unió a los estados sureños de Mississippi, Louisiana y Alabama, al ordenar reabrir casos de crímenes racistas durante la etapa del movimiento afroamericano de defensa de los derechos civiles en Estados Unidos.
Con una nueva generación de fiscales, muchos de ellos nacidos después de esa obscura etapa de violencia racista, se volverán a examinar los peores casos de crímenes de odio, varios encabezados por el temido movimiento blanco Ku Klux Klan.
El gobernador de Florida, Jeb Bush, pidió a la fiscalía estatal esta semana reabrir el caso Johnnie Mae Chappell, una mujer negra que murió baleada en 1964 al participar en una protesta para demandar igualdad de derechos en restaurantes y hoteles en Jacksonville.
Bush solicitó a la fiscalía determinar si existe suficiente evidencia que apoye cargos criminales contra tres anglosajones, quienes fueron acusados y supuestamente confesaron ese crimen, pero nunca presionados y los cargos fueron retirados.
La solicitud del gobernador responde al escepticismo del hijo de la víctima, Shelton Chapell, quien dijo que no se requiere otra investigación sino simplemente llevar a juicio a los presuntos homicidas.
Cuatro sospechosos fueron acusados en el caso, pero sólo J. W Rich fue a juicio y se le impuso una condena de tres años de prisión luego de encontrarlo culpable del asesinato, tras haber confesado que disparó el arma.
En la última década, más de una docena de anglosajones supremacistas han sido convictos en crímenes de odio durante la etapa del movimiento de derechos civiles en el país en los años 60.