La presión aumenta y el escandaloso caso del robo de combustible a Petróleos Mexicanos en la Comarca Lagunera avanza; es posible –incluso- esperar que se esclarezca, ya que son varios los actores sociales que apuntan al centro del problema: la ruta del dinero. Por lo pronto, la Unión de Expendedores de Gasolina de la Comarca Lagunera de Coahuila y Durango, que agrupa a 120 establecimientos, demanda tanto a la Secretaría de Hacienda como a la Procuraduría General de la República y a la Profeco, que se investigue no sólo la existencia de las tomas clandestinas, sino los lugares donde se vende el combustible robado.
Y es que el problema en la región alcanza niveles que refieren de una desbordada corrupción y/o ineficiencia (que para el caso resultan la misma cosa) por parte de las autoridades y de la propia paraestatal, que permitieron la proliferación de las tomas clandestinas. Es el alcalde de Francisco I. Madero, José Luis Marrufo Álvarez, quien advierte una de las aristas más alarmantes del caso: “somos una bomba de tiempo, ojalá Dios no lo quiera, pero todos vamos a desaparecer si no se frena esto; me preocupa porque aquí está instalada toda mi familia, todo el pueblo, lo que representa un peligro constante. Son ganancias millonarias las que dejan esas tomas, yo creo que las personas que están detrás de todo esto son ex trabajadores de Pemex porque saben cómo está el negocio, hacen los túneles con una gran perfección, propia de ingenieros”.
Ante este panorama, la PGR reacciona y en voz de su delegado en Coahuila, Tranquilino Juárez Ortega, ofrece esa luz al final del túnel, que permite aventurar que en esta ocasión la impunidad no resultará la gran triunfadora, como sucede casi siempre: “una banda delictiva integrada por gente económicamente pudiente, que aplica estrategias, aparatos sofisticados y se auxilia con personal de amplia experiencia”, figura hoy como la principal línea a investigar.
El imperio de la lógica: el crimen organizado con gran capital está detrás de los delitos denunciados. Ahora sólo queda esperar que de las palabras se pase a los hechos y se ponga fin en la Comarca Lagunera a este ilícito, peligroso y muy lucrativo negocio.
