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Reacomodos y futuros/ Sobreaviso

René Delgado

El PRI libró su asamblea, conjuró -en lo inmediato- las amenazas de ruptura, se fortaleció y ganó tiempo. El PAN libró su consejo, abrió la puerta al peligro de la ruptura, se debilitó y perdió tiempo. El reacomodo de esas dos fuerzas perfila el porvenir de cara, ahora sí, a la contienda preelectoral de este año y la electoral del año entrante.

*** El contrastante resultado de esos dos eventos políticos es interesante. Roberto Madrazo fortaleció sus posibilidades no sólo como precandidato presidencial sino también como candidato con posibilidades de competir. Santiago Creel fortaleció sus posibilidades como precandidato, pero no como candidato con posibilidades de competir. Roberto Madrazo tiene como desafío inmediato buscar la negociación con Elba Esther Gordillo -luego de haber desactivado el linchamiento de ésta en la asamblea-, dejar que el tiempo y las urgencias consuman a la Unidad Democrática para dar paso a la negociación por posiciones secundarias, trabajar en la plataforma electoral sobre la base de haber abierto sin quitar los candados que cancelaban el debate de las reformas estructurales y diseñar, de aquí a julio, los términos de la (su) elección del candidato presidencial. Santiago Creel tiene muchos desafíos. Buscar el entendimiento político con el nuevo presidente de su partido que, a su vez, está obligado pero no capacitado para llevar a cabo la cicatrización de la brutal herida que deja su elección y que amenaza con rupturas. Esa operación no es nada sencilla. Creel ve fortalecida su precandidatura, pero queda atenazado por grupos panistas más dogmáticos que doctrinarios, más excluyentes que incluyentes, más interesados en cooptarlo que en apoyarlo. A resultas de ambos actos políticos, a Vicente Fox muy probablemente se le vea batirse en retirada de la cruzada por desaforar a Andrés Manuel López Obrador. Su partido queda dividido y el PRI no necesariamente asumirá el costo político de sacrificar al candidato fuerte del perredismo, siendo que el gasto ya pega duro en el pobre bolsillo político de la Presidencia de la República y del Partido Acción Nacional. Todo esto sin desconsiderar, desde luego, que el daño a Andrés Manuel López Obrador está ya hecho.

*** Roberto Madrazo puede estar de plácemes. La asamblea nacional del PRI le deja muy buenos dividendos. Uno. Contuvo el linchamiento de Elba Esther Gordillo y eso le da un nuevo margen de negociación frente a ella. Si, ahora, ya sin la presión de la asamblea, consigue encontrarle una salida a ese espinoso problema muy probablemente amarre su candidatura. Madrazo y su grupo tienen claro que, más allá del odio y la pasión, Elba Esther no es un simple actor (actriz) político, es un factor real de poder y no pueden prescindir de ella. La profesora congrega en su personalidad política a un poderoso sindicato cuyas bases militan en el PRI, cuenta con un nuevo instrumento político de peso como lo es el frente sindical que desprendió de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado, consiguió el registro como partido de una asociación política y tiene el as que representa ser, nada más y nada menos que la secretaria general del partido que la quiere echar. Si Madrazo hace buen uso del tiempo ganado y logra un acuerdo con la profesora, el camino a la candidatura estará pavimentando. Si no consigue remontar ese asunto, mucho de lo logrado podría venirse abajo. El valor de la confianza entre Roberto Madrazo y Elba Esther Gordillo no existe más y entonces, las garantías que ofrezca el tabasqueño a la chiapaneca tienen que ser muy claras y precisas.

*** Dos. El grupo de Madrazo abrió sin quitar los candados a las reformas estructurales. Esa operación, abrir sin quitar, le deja un doble dividendo. Hacia dentro del partido, le empata el marcador al grupo Unidad Democrática que hacía de su proclividad a las reformas estructurales su carta más fuerte en el juego. Ciertamente, Madrazo tendrá que cuidarse de los grupos nacionalistas que resisten esas reformas y calibrar debidamente su fuerza pero, por lo pronto, la bandera de la disposición a redebatir las reformas estructurales ahora es compartida. Madrazo puede agitarla hacia fuera del partido, sin grandes costos: si las reformas prosperan, podrá presentarse como el cerrajero de ellas; si fracasan, argumentar que de su parte no quedó el asunto. Hay más ganancias que pérdidas para Roberto Madrazo en ese negocio político. Hacia fuera del partido, el tabasqueño puede encontrar cierta reconciliación con los grupos empresariales que presionan a favor de las reformas y por si eso fuera poco, le arrebata al Gobierno foxista esa bandera. La candidez de Santiago Creel diciendo que, de inmediato, se encontraría con Madrazo para discutir los términos de esas reformas, es conmovedora. Probablemente sea Madrazo quien cite a Creel cuando resuelva echar adelante esa posibilidad. La llave de las reformas la tiene Madrazo, no Creel; el PRI, no el PAN ni el Gobierno.

*** Tres. La tardía y tibia actuación del grupo Unidad Democrática ensanchó las posibilidades de Roberto Madrazo. Si el grupo que integran el senador Enrique Jackson y algunos gobernadores, en verdad, quería disputarle a Roberto Madrazo la candidatura, se tardó mucho en tomar la decisión y más en actuar con firmeza. Se tardaron y cometieron un error: antes de disputarle en grupo la candidatura, tendrían que haber decidido quién de ellos sería el abanderado. Sin esa decisión, el tiempo terminará por vulnerarlos y llevarlos a negociar otras posiciones, pero no la que supuestamente querían. La definición de quién competirá con Madrazo los va a llevar a un absurdo: cuando lo decidan, el competidor será un sparring del tabasqueño, pero no más. Junto a ese problema de elegirse entre ellos mismos, la circunstancia electoral o política de la mayoría de ellos terminará por descartarlos y es natural que, entonces, limiten su actuación a buscar el momento indicado para negociar una posición secundaria. En el fondo, quienes tienen posibilidades de llegar a las últimas partidas de ese juego son Arturo Montiel y Enrique Jackson. El destino de Montiel es previsible. Montiel tiene que bajar el perfil de su propia campaña si, en verdad, quiere promover la de Enrique Peña, su candidato a la gubernatura en el Estado de México. Si Montiel no entiende eso y Peña pierde la gubernatura, la aspiración de Montiel podría transformarse: ya no sería llegar a Los Pinos, sino evitar ir a La Palma. Enrique Jackson tiene, por su lado, que tomar ahora sí su propia decisión. Si va ofrecerle competencia a Madrazo, va retrasado. Las negociaciones que tendría que emprender con Unidad Democrática y con Elba Esther Gordillo tendrían que ser muy rápidas, muy seguras y definitivas y como agregado, tendría que trabajar hacia dentro del partido.

*** El resultado por lo pronto es que Madrazo le ganó la partida (o el partido) a ese grupo en la Asamblea. Falta por ver, desde luego, qué hará Madrazo con su propia biografía y trayectoria pero, hasta ahora, la operación política hecha en la Asamblea lo recoloca en la competencia, no por la candidatura, sino por la misma Presidencia de la República. Le queda, además de la negociación con Elba Esther Gordillo, un doble pendiente: elaborar la plataforma electoral y el mecanismo de elección del candidato presidencial. Ambas tareas las tiene que acompasar y acompañar de aquí a julio para perfilar la candidatura hacia septiembre y entonces, determinar cuándo convendría emprender las reformas estructurales. Antes, durante o después de la campaña. Ahí hay una decisión tan importante como delicada. Le puede dar o quitar posibilidades.

*** Acción Nacional cayó en un escenario delicado en extremo. Los participantes en el consejo jugaron sin perspectiva, compitieron hacia dentro del partido sin mirar afuera y anteponiendo intereses de grupos. El guanajuatense Carlos Medina Plascencia hizo mal sus cálculos y minusvaloró a Manuel Espino. El resultado de esa competencia es curioso: hay más derrotados que ganadores. Pierde, desde luego, Medina Plascencia pero también Felipe Calderón y Francisco Barrio. Santiago Creel puede resultar beneficiado en el plano inmediato, pero no en el mediato. Manuel Espino es un hombre de mecha e ideas cortas. Es un buen operador político, pero un mal político operador. Esa personalidad, en la circunstancia por la que atraviesa Acción Nacional, puede resultar explosiva. Si Espino no consigue transformar su personalidad, si no modera su carácter y adquiere nuevas habilidades en cuestión de semanas, la amenaza de la confrontación interna en Acción Nacional podría ser algo más que una simple amenaza. En esa circunstancia, el fortalecimiento de Santiago Creel como precandidato puede resultar efímero. Si no se opera rápidamente a favor de la distensión y la unidad al interior de Acción Nacional, Creel puede resultar un candidato atenazado por los intereses más dogmáticos de su partido y es probable que, en esa circunstancia, carezca de una verdadera plataforma para plantarse en la escena como un competidor serio a tomar en cuenta. Podría ganar la candidatura, pero podría perder el partido. La circunstancia de Acción Nacional es delicada y de la boca del callejón se ha desplazado rumbo al fondo de ese callejón.

*** El PRI y el PAN han tomado decisiones y han hecho definiciones. Curiosamente unas y otras están marcadas por las indecisiones e indefiniciones pero, como quiera, el perfil y el carácter de la competencia preelectoral y electoral es mucho más nítido. Le toca el turno al Partido de la Revolución Democrática.

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