NUESTRA REALIDAD
Familia|Cada vez son más los pequeños que no tienen contacto con sus padres
EL SIGLO DE TORREÓN
Es necesario trabajar con los pequeños para que se desarrollen con una autoestima normal
TORREÓN, COAH.- Hay muchos niños que desde pequeños son referidos con sus familiares, ya sea abuelos o tíos, por la condición de los padres de familia, que viven situaciones de violencia, adicciones u omisión de cuidado, comenta Guadalupe Rodríguez Quintana, psicóloga del albergue para menores que trabajan en la calle, Espíritu que Danza.
?Se da la pauta para buscar alternativas al hogar, porque si el niño cuenta con el manejo adecuado puede crecer como cualquier otro niño, con sus habilidades y grado de autoestima normal?, manifiesta la psicóloga.
Explica que, cuando los menores son abandonados, hay una marca en su vida emocional, una circunstancia que les genera un sentimiento de rechazo, pues se sienten que no fueron merecedores de sus padres.
?Presentan infinidad de rasgos de conducta: rebeldía, ansiedad, enojo, malestar, el no querer estar en un lugar, el sentimiento de que no es respetado?, indica, ?al trabajar con ellos, es necesario ser muy claros en esta situación y buscar alternativas para que puedan dejar salir estas emociones, que son erróneas?.
Rodríguez Quintana dice que el niño se siente muy devaluado y que no se le toma en cuenta, por lo que se requiere abordar la parte afectiva, que queda vacía cuando se va cualquiera de los padres, independientemente de que sean buenos o malos con él.
?Es muy importante la higiene mental a través de actividades como el deporte, la música, manuali-dades, que canalizan la energía que se vivió por ser abandonado?, menciona.
La psicóloga señala que, aunque algunos comportamientos pueden ser imitados, depende mucho de la experiencia del menor el que decida modificar lo vivido.
Puertas abiertas
En Espíritu que Danza se trabaja con algunos menores que han experimentado el abandono de sus padres y se trabaja con ellos en el acompañamiento y la contención.
-En este albergue de puertas abiertas se buscan los espacios para que el pequeño pueda dar salida a las emociones erróneas que experimenta cuando es abandonado y reconstruya el suceso, con el conocimiento de que él no fue responsable.
FUENTE: Guadalupe Rodríguez, psicóloga de Espíritu que Danza