El problema del ambulantaje en La Laguna se torna difícil de erradicar, en el caso de Torreón es más complicado, los comerciantes establecidos tienen razón por la invasión que sufren frente a sus negocios, agregado a ello la competencia desleal que representa; y aunado a esto se instalará el cableado eléctrico oculto.
Los comerciantes aprovecharon para condicionar el pago por las nuevas instalaciones eléctricas. Aportación que no harán si les instalan las acometidas a los comerciantes ambulantes, deslindándose el alcalde de esta situación, ya que sería la CFE la que determinaría el otorgarles o no dicho servicio.
Así con esta condicionante del comercio establecido, los informales ponen el grito en el cielo y se van a valer de todas las argucias para lograr que les sigan suministrando en el fluido eléctrico que tienen contratado. El problema nace de la tolerancia que han otorgado Administraciones municipales pasadas y la actual, en no regular debidamente el uso de las banquetas de las calles (que son peatonales) y ahora las autoridades le sacan al paquete, primero porque los informales tienen derecho a trabajar honestamente y la segunda por la recaudación que representa para el Municipio.
De tal manera que se debe aprovechar la circunstancia que prevalece para hacer una depuración aceptable y cambiar a otro lugar a un buen porcentaje de dichos comerciantes a otras áreas de la ciudad, porque materialmente tienen invadido ese importante sector comercial transformado en un rancho grande.
Todo se puede lograr con la buena disposición de todas las partes sin represión, pero sí con firmeza por el bien de Torreón. Por lo que representa a Gómez Palacio, no canta mal las rancheras, también está ahorcando con el comercio informal la avenida Victoria cercana y frente al mercado, más lo que se acumule para las ventas decembrinas.
Les es materialmente imposible transitar a los peatones por la obstrucción en las banquetas, a tal grado que se ven obligados a utilizar el arroyo en algunos tramos de la avenida Victoria y la Allende en donde se complica aún más porque los comerciantes del mercado en época navideña y para no verse afectados por ambulantes, sacan sus mercancías frente a sus negocios y en algunos casos modifican su giro comercial por el de la época, para mejorar sus ingresos.
En resumen la realidad es que todos tienen derecho a trabajar honestamente, pero sí deben tomar en cuenta las autoridades municipales que tiene que haber un control estricto, para que no se salga de los límites de tolerancia.