CRÓNICA URBANA
LABOR | PEDRO TRABAJA LA MADERA DESDE HACE MÁS DE 35 AÑOS.
EL SIGLO DE TORREÓN
El señor Venegas Sánchez transmite a sus hijos su conocimiento, tal como su padre lo hizo con él.
MATAMOROS, COAH.- Más de la mitad de su vida la ha dedicado a la elaboración de distintos productos, trabajando la madera. Más de 35 años ha logrado mantener a su familia y hoy ya es una tradición viajar a diferentes ciudades de La Laguna para venderlos.
Él es Pedro Venegas Sánchez de 56 años de edad, originario de Torreón, pero desde hace muchos años radicado en Matamoros. Su padre, Pedro Venegas Cruz, le enseñó el arte de trabajar la madera para diseñar diferentes productos de uso práctico en el hogar.
Desde una repisa para teléfonos, hasta ganchos para colgar la ropa y clavijeros para acomodar cachuchas o toallas. Así es la diversidad de su trabajo, que día a día vende por diferentes ciudades como San Pedro, Matamoros, Torreón, Francisco I. Madero y Tlahualilo.
?Mi papá era un señor que vendía joyería de fantasía. Un día las cosas se pusieron más feas y tuvo que dejar eso. La necesidad lo obligó a aprender el oficio de carpintero, porque ya traía algunas nociones de eso?.
Y así comenzó la historia de la familia Venegas Sánchez, que más que ser un relato, es una vida de años trabajando para salir adelante. No deja buenas ganancias, no es el oficio mejor pagado, pero durante años, ha sido el sostenimiento de al menos tres núcleos consanguíneos.
Pedro tiene cuatro hijos, está casado con Petra Santos y uno de sus hijos, también llamado Pedro, conoce el arte de trabajar la madera, tiene 35 años, los mismos que su padre lleva elaborando los productos.
Es una herencia. Un legado que no piensa dejar nunca. Todo comenzó cuando Pedro tenía aproxima-damente diez años de edad. Cursaba la primaria, tuvo que dejarla para ayudarle a su padre con la venta de las repisas.
?Poco a poco entré al negocio con mi padre. Me empezó a gustar y como a los 12 años yo ya sabía hacer repisas, ganchos, clavijeros y marcos para los espejos. No es difícil aprender esto, pero sí es laborioso?.
Para terminar una repisa con espejo para los baños, Pedro sólo requiere de 30 minutos aproximada-mente, unos clavos, pegamento, martillo, lija, madera y una pequeña sierra para cortar y darle forma al producto.
Pedro tiene que comprar la madera, dice que ya no es tan barata como antes. Para elaborar los ganchos adquiere residuos de las escobas que le venden en la fábrica, pero asegura que no por eso son de buena calidad y explica:
?Lo que sucede es que si compro la misma madera que utilizo para las repisas, no es costeable vender los ganchos. Así como tengo, vendo tres por diez pesos y si compro buena madera el precio se eleva, después nadie los compra?.
Hoy, después de echar un vistazo al pasado, Pedro está tranquilo, orgulloso de haber aprendido uno de los oficios que le ha permitido darle todo lo necesario a su familia. Nunca ha faltado comida, vestido, hogar y una buena repisa en la casa de la familia Venegas Sánchez.