San Pedro|Por la mañana prevalecieron los cuatro grados centígrados
EL SIGLO DE TORREÓN
En los tendidos se observaron pasamontañas para niño y adulto, chamarras y guantes.
SAN PEDRO, COAH.- Por segundo día consecutivo en la presente semana, la población sampetrina fue víctima de las bajas temperaturas registradas la mañana de ayer, obligándolos a realizar compras de pánico de prendas de vestir que los protegiera del frío intenso.
La onda gélida que se registra desde el viernes por la madrugada, continuó ayer sábado, durante el cual prevalecieron los cuatro grados centígrados ya por la mañana, por lo que quienes tuvieron que salir de sus casas a atender algún asunto personal, adquirieron guantes, gorros, bufandas y hasta pasamontañas para soportar los helados vientos que se presentaron.
Aun cuando la gente que se observó en las calles iba ataviada con gruesas chamarras y abrigos, hubo quienes decidieron contar con una protección adicional, por lo que se detenían en los distintos tendidos ambulantes que proliferan por las calles del primer cuadro de la ciudad, para comprar lo necesario y seguir su camino.
Una mujer, de origen autóctono, instaló su puesto a las afueras de una céntrica farmacia, donde se puso a vender su mercancía propia de la temporada, consistente en gorros, guantes, bufandas y suéteres tejidos.
En otros tendidos se observaron pasamontañas para niño y adulto, chamarras y guantes, mezclados entre la exhibición de artículos navideños como series de luces y adornos diversos para el hogar y los tradicionales pinos.
Los ambulantes hicieron ?su agosto?, pues la gente se volcó a adquirir las prendas en venta y no perder tiempo, evitando entrar a los comercios establecidos, saturados de personas que acudieron a comprar sus regalos para esta Navidad.
La demanda de las prendas fue principalmente para los niños, quienes pese a ir cubiertos con abrigos y chamarras, sus madres decidieron que no era suficiente y todavía los cubrieron más del frío ambiente, ataviándolos con guantes y gorros.
A la ?segunda?
Quienes no contaban con los recursos suficientes para adquirir prendas de vestir nuevas, se vieron en la necesidad de recurrir a las tiendas donde venden ropa usada o también llamada ?de segunda?.
Esto fue aprovechado por los propietarios de algunos comercios, que dispusieron que sus empleados instalaran exhibidores en las banquetas para ofrecer su mercancía de medio uso, a precios mucho más que accesibles.
?El tiempo no está como para exigencias. Si no completo algo nuevo me conformo por lo pronto con una chamarra que me proteja del frío, aunque sea usada. Lo principal es que me quite el frío?, fue el comentario de Isidoro Delgadillo Meraz, al ser cuestionado por El Siglo de Torreón.
