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BRASILIA, BRASIL.- Cancilleres y representantes de 22 países árabes y 12 de Sudamérica se reunieron en esta capital para afinar los temas que dominarán a partir hoy en el primer encuentro cumbre entre las dos regiones destinado a aproximarlas y abrir nuevos cauces comerciales y de cooperación.
El representante argelino, Abdel Azziz Bek Khadem, puso un tema candente ante los delegados al mencionar, en la sesión inaugural de cancilleres ayer en la tarde, el derecho de los pueblos a la autodeterminación y a rechazar la ocupación de sus territorios.
La cuestión es delicada debido a sus implicaciones con la situación de Irak y los territorios palestinos y los negociadores de la Declaración de Brasilia, que deberá ser aprobada mañana por la cumbre, procuraban fórmulas que dejen satisfechos a los países árabes que buscan una referencia directa a la cuestión y a los sudamericanos, que no desean que el tema sea extrapolado al nivel de aceptación de métodos terroristas.
El canciller anfitrión, Celso Amorín, fue más general y equiparó la cumbre del hoy y mañana a un “entrelazamiento de civilizaciones”. Dijo que la reunión era “inicio de un momento histórico...” que representa un ejemplo de cómo era posible “avanzar a través del diálogo hacia un mundo más pacífico y más democrático”.
Los temas sobre la mesa de discusiones son tan variados como las diferencias entre los dos bloques, ubicados en áreas geográfica y políticamente distantes pero cercanos a causa de la fuerte presencia de inmigrantes árabes en Sudamérica.
La presencia árabe en esta parte del mundo no se limita únicamente a los negocios. En el universo político, apellidos como Bucarám, en Ecuador; Maluf, en Brasil; Lechin, en Bolivia o Menem, en Argentina son asociados a importantes movimientos políticos en esos países. Algunos estudios dicen que los inmigrantes árabes y sus descendientes suman 17 millones en toda América Latina.
No obstante han sido escasos los avances para desarrollar lazos políticos sólidos entre las dos regiones.