Oslo, (EFE).- La policía noruega investigará las alegaciones de un escultor de Oslo que afirma haber realizado caretas de yeso con las cenizas de los cuadros "El Grito" y "Madonna" del pintor expresionista noruego, Edvard Munch, robados en agosto de 2004.
El escultor Hammayu Rashid, de 30 años y origen paquistaní, afirmó en un reportaje del diario noruego Dagens Naeringsliv conocer la identidad de los autores del robo de los cuadros "El Grito" y "Madonna", de Munch.
Los ladrones habrían quemado las pinturas por temor a ser atrapados y posteriormente habrían entregado las cenizas a Rashid.
Las declaraciones coinciden al menos con una serie de hechos recientes.
El pasado mes de septiembre, un empleado de la Academia de Arte de Oslo, registró los comentarios del artista, que "perturbado", narró cómo el mundo del arte al completo le "perseguiría" e incluso llegaría a "matar" cuando supieran que los lienzos de Munch habían sido quemados y él era el guardián de las cenizas.
Casualmente, hacia la misma fecha, la policía de Oslo archivó una denuncia relacionada con la sustracción de un busto de bronce de la tumba de Munch, en un cementerio de Oslo, donde también reposan genios como el escritor noruego Knut Hamsun, o el compositor Edvard Grieg.
La cabeza del pintor expresionista, obra de un escultor local, reapareció semanas después, dentro de una cubeta, en un callejón cercano al palacio real, apolillada y con corbata.
La policía tiene ligeras sospechas del papel de Rashid, que esta semana expone en el Instituto de Arte de Oslo, bajo el título "Las cenizas de El Grito y Madonna", cientos de máscaras de yeso de Edvard Munch, que contendrían los restos de la quema de las dos obras maestras y son un fiel reflejo del busto del pintor robado.
Rashid, también apodado "Malo", como un personaje de una película de Sergio Leone, niega ser el autor del robo, aunque sí la "inspiración".
El mismo confesó estar "seguro" de "tener las cenizas de Madonna y El grito", aunque su "conciencia" y el miedo a recibir un "balazo" le impiden delatar a los autores.
El artista, admitió no haber presenciado "la quema de los cuadros" y apuntó a una mujer noruega como la culpable del acto.
"Los ladrones quemaron los cuadros por temor y angustia a ser descubiertos", declaró "Malo" y explicó que el motivo inicial del robo fue "confundir a la policía noruega", por entonces, volcada en el esclarecimiento del atraco a un banco en Stavanger donde murió un agente de la autoridad.
El artista, regaló el pasado fin de semana casi trescientas máscaras de Munch, creadas con yeso mezclado con cenizas y proyecta producir cientos más y repartirlas por todas las ciudades de Noruega, según informa el diario Aftenposten.
El decano de la facultad de artes visuales de Oslo y antiguo catedrático de la academia de arte mediática de Colonia (Alemania), Staale Stenslie, afirmó que los cuadros tienen "más valor quemados en tanto representaciones espirituales e inmateriales", que colgados en el museo.
Stenslie describió las esculturas como "una obra artística de naturaleza tecno-informativa", si "es verdad que tiene las cenizas", y alentó al museo Munch a abrir una exposición dedicada a las mismas "si son lo único que queda" de los emblemáticos cuadros.
La jefatura de policía de Oslo trata el asunto con seriedad, aunque "no cree que sea una pista importante en la investigación del robo", según dijo el responsable de la investigación, Morten Ervik, que agregó que "nada indica que sea verdad".
Ervik confirmó que las cenizas serán "analizadas en profundidad" y subrayó la gravedad del delito cometido por Rashid de comprobarse que "contribuyó a la destrucción de las pinturas".
Sin embargo, los inspectores ven en sus alegaciones el intento de "un artista por captar atención" y que "se ha contradicho en los interrogatorios policiales".
La directora de la colección de arte de la ciudad de Oslo, Lise Mjos, expresó su deseo de que todo sea "una pésima broma, sin ninguna gracia" y los compañeros de Stenslie han criticado sus declaraciones.