La aparición del Pontífice tranquilizó, a los feligreses y a la opinión pública después de que se rumorara que había sufrido una recaída e iba a ser de nuevo hospitalizado.
Ciudad del Vaticano, (EFE).- El Papa se asomó hoy a la ventana de su apartamento que da a la plaza de San Pedro para saludar y bendecir, aunque no pronunció palabra alguna, a los fieles presentes, que respiraron aliviados al ver de nuevo al Pontífice, que sigue presentando aspecto débil, de sufrimiento.
El anciano Pontífice, que en mayo cumplirá 85 años, estuvo asomado escasamente un minuto, tiempo en el que bendijo seis veces a los varios miles de fieles presentes, a los que dirigió dos gestos de saludo con la mano derecha, que levantó levemente.
Juan Pablo II no pronunció palabra alguna y la imagen ofrecida por el Centro Televisivo Vaticano (CTV) sólo permitió verle desde lejos.
El escaso minuto, unos 50 segundos, permitió, de todos modos, verle un rostro contraído y dolorido. En algunos momentos dio la sensación de que sonreía.
Los presentes, en su mayoría polacos, acogieron con aplausos y gritos de júbilo la presencia del Pontífice, al que desearon una rápida convalecencia, que de momento se alarga más de lo previsto y presenta más complicaciones de las que esperaban los médicos que le atienden y le practicaron una traqueotomía para que supere sus problemas respiratorios el pasado 24 de febrero.
Aunque la imagen que se vio en la brevísima aparición fue la de un Papa que sigue estando muy débil, con la cara y el cuerpo muy rígido (según se percibió cuando se retiraba de la ventana), la aparición tranquilizó, al menos en parte, a los fieles y a la opinión pública después de que en las últimas horas se desatara la alarma al asegurarse que había sufrido una recaída e iba a ser de nuevo hospitalizado.
La hospitalización fue desmentida a últimas horas de ayer, martes, por el jefe del equipo médico que le cura, Rodolfo Proietti.
Pero el temor no desapareció, ya que la imagen que se le vio el domingo pasado, cuando bendijo a los fieles desde la ventana con aspecto muy débil, la cara de sufrimiento, una venda en la mano y de nuevo sin pronunciar palabra, desató todo tipo de rumores.
Según fuentes vaticanas, los problemas surgidos en los últimos días están relacionados con la dificultad para recuperar la voz -y eso que las pasadas semanas habló, sorprendiendo por la rapidez con lo que lo hizo-, la alimentación (tiene problemas para deglutir) y el rechazo a una medicación a base de hierro, para afrontar la anemia, que se asegura, padece.
Aunque el hermetismo es total en el Vaticano, fuentes sanitarias aseguraron que visto que la recuperación no evoluciona como se esperaba y se está produciendo un rechazo de fármacos, los doctores que le atienden, de acuerdo con su médico particular, Renato Buzzonetti, han decidido "revisar" las dosis de medicamentos que le suministran.
Tras la aparición de hoy, todas las miradas están ahora puestas en los ritos más importantes de la Semana Santa, que comienzan mañana, con los del Jueves Santo, y que tienen uno de sus momentos más sugestivos en la noche del Viernes Santo en el Vía Crucis del Coliseo de Roma.
En un principio no se descartó que el Papa acudiera al Coliseo, pero visto su débil estado, lo seguirá a través de la televisión.
Los técnicos del Vaticano han instalado un circuito de televisión para que pueda seguir los ritos e incluso bendecir a través de videoconferencia desde sus habitación.
Esa sería la fórmula elegida para el Vía Crucis: desde su habitación se unirá al principio y al final de la ceremonia a los miles de fieles presentes.
Si habla, junto a la imagen que muestre, servirán para "medir" el estado de salud del anciano Obispo de Roma, quien en esta su particular semana santa de pasión sólo tiene previsto impartir el Domingo de Resurrección la bendición "Urbi et Orbi" desde la plaza de San Pedro.
Se desconoce la fórmula elegida para ese rito. No se descarta que el tradicional Mensaje Pascual lo lea en su nombre el "número tres" del Vaticano, el arzobispo argentino Leonardo Sandri, y él se limite a bendecir.
Que pueda pronunciar algunas palabras dependerá del estado de salud de ese momento. Lo que está descartado es que pueda desear felices pascuas de resurrección en los más de 60 idiomas en que tradicionalmente ha venido haciéndolo.