EFE
LIMA, PERÚ.- El mayor retirado del Ejército peruano Antauro Humala anunció ayer haber aceptado un acuerdo para que los integrantes de su movimiento ultranacionalista, que ocupan una comisaría en el sur del país desde el sábado pasado, entreguen las armas a las 07.30 horas de hoy martes (12.30 GMT).
Humala afirmó a una emisora de radio local que aceptó el acuerdo en un diálogo con representantes de la Defensoría del Pueblo y la Iglesia Católica, y que se reunirá con el jefe de la Policía, el general Feliz Murazzo, para comunicarle su decisión.
“Tenemos un acto que, en principio, ya hemos aceptado. Todo parece indicar que todo va por buen camino, esperamos que se cumpla simplemente lo que ya estaba decidido”, dijo Humala.
El mayor retirado, líder del movimiento “Etnocacerista”, exigió que se respete la seguridad de sus seguidores, ya que, según dijo, francotiradores de las fuerzas de seguridad causaron la muerte de un “humalista” y un civil.
“Pido que las fuerzas policiales y militares respeten la tregua, que no disparen, mucho menos con silenciador, a mis posiciones, que respeten la vida de la población civil y que no corten el fluido eléctrico a esta zona de la ciudad”, señaló.
Humala dijo que rompió un diálogo inicial para entregar las armas al mediodía de ayer porque sus seguidores fueron atacados por francotiradores del Ejército comandados por el general José Williams Zapata, jefe del batallón de elite “Chavín de Huántar”.
“En plena tregua las tropas del general Williams mataron a uno de mis reservistas, así que imagínense lo que puede pasar si mis tropas se entregan de noche desarmadas”, explicó. Esta versión de Humala fue negada, sin embargo, por las autoridades peruanas, que afirman que en la zona no han actuado francotiradores con armas con silenciadores.
El jefe del grupo ultranacionalista dijo que los diez policías que permanecen como rehenes desde el sábado “no están siendo maltratados” y que otros tres militares capturados supuestamente por la población civil “están en buen estado” a pesar de que los pobladores intentaron lincharlos.
La decisión de Humala fue confirmada por el legislador Michel Martínez, quien participó en la reunión, y dijo que “felizmente parece haber un acuerdo” para acabar con las acciones de armas, que han dejado hasta el momento cuatro policías y un “etnocacerista” muertos.
Al hospital de Andahuaylas llegaron al menos cinco heridos, dos de los cuales eran policías, dos civiles y un rebelde, mientras el centro de Andahuaylas y los alrededores de la comisaría han sido rodeados por fuerzas combinadas de la Policía y del Ejército.
