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MÉXICO, DF.- La Arquidiócesis Primada de México rechazó las acusaciones de que el cardenal Norberto Rivera Carrera brinda protección a sacerdotes pederastas, ni que haga intercambio de éstos con la Diócesis de Estados Unidos.
El vocero de la Arquidiócesis Primada de México, Hugo Valdemar, aseveró: “de manera absoluta, no existe encubrimiento o negación de los hechos, realmente se trata de un escándalo muy doloroso y hoy el cardenal ha hecho lo que tenía que hacer”.
Diversas fuentes acusan a Rivera Carrera de brindar supuesta protección al sacerdote “pederasta” Nicolás Aguilar Rivera y sobre el intercambio de pederastas con la Diócesis de Estados Unidos, como es el caso de Católicas por el Derecho a Decidir.
Esta agrupación indicó en un desplegado que el cardenal asumió una “actitud de encubrimiento” con Aguilar Rivera, quien al parecer abusó de por lo menos 86 menores, uno en la Arquidiócesis de México, por lo que piden al cardenal que asuma su responsabilidad.
Valdemar Romero, también vocero del cardenal, decidió hablar de manera oficial de estas acusaciones, por lo que explicó que el padre Nicolás “nunca ha pertenecido a la Arquidiócesis de México”, en el tiempo que el cardenal ha estado al frente.
No obstante, en el periodo en que Norberto Rivera Carrera fue obispo de Tehuacán, Puebla, Nicolás Aguilar también pertenecía a esa Diócesis, quien pidió autorización al ahora cardenal para ir a Estados Unidos, pero “por problemas de homosexualidad, no por pederasta”, detalló.
El permiso por parte de Rivera Carrera fue otorgado en su momento, pero no sin antes enviar una carta al arzobispo de Los Ángeles, el cardenal Roger Mahony, para advertirle sobre la situación de homosexualidad de este sacerdote.
Pero Aguilar se va “desgraciadamente allá (en Los Ángeles) comete toda una serie de situaciones graves”, y se regresa a México, en donde también cometió otros actos delicados, por lo que en la Arquidiócesis Primada de México se le manda a juicio civil.
En dicho juicio no lo encontraron culpable, por lo que, refirió el vocero, “que quede clara una cosa, no es responsabilidad nuestra hacer justicia civil, sino de las autoridades”.
Poco después, cuando el cardenal Rivera Carrera llegó a la Arquidiócesis en 1995, el sacerdote Nicolás huye porque Rivera Carrera “sabía su situación y, por supuesto, no le iba a permitir bajo ninguna circunstancia estar aquí”.
EXIGEN
INTERVENCIÓN
Ellas -Católicas por el Derecho a Decidir-, piden que el tribunal diocesano intervenga, pero éste no tiene porque hacerlo, pues el padre Nicolás pertenece a la Diócesis de Tehuacán, donde recibió la ordenación sacerdotal.
Por tanto, el cardenal Rivera no tiene competencia para juzgar al padre Nicolás, por lo que resulta “doloso, falso y calumnioso” querer acusar al cardenal de encubrimiento, porque no era arzobispo de México durante esos hechos.
Sobre las acusaciones de Católicas por el Derecho a Decidir, Valdemar Romero indicó que si tan real es su interés de ayudar a las víctimas que vayan primero con las autoridades civiles y no actúen por medio de estos desplegados con tintes políticos.
Y es que, indicó, para subirse a la palestra pública piden que el cardenal responda; “bien, yo respondo en su nombre, no se ha encubierto, no estuvo en esa época bajo la jurisdicción del cardenal y no es competencia del cardenal Rivera perseguir al delincuente”.
“Queda claro que el sacerdote no está ejerciendo el ministerio desde hace años ni está asignado a ninguna parroquia, pues no podría después de que ha sido llevado al escándalo público y porque, al parecer, todo apunta que han sido reales los abusos”, explicó.
Sobre por qué no hubo una denuncia, dijo que de nada serviría preguntarle a la justicia si lo está persiguiendo, para que se persiga un delito, o es por oficio o debe haber una demanda, y si no hay ninguna de las dos cosas, no tiene sentido: las víctimas son quienes deben denunciarlo.
ES NECESARIA
UNA DENUNCIA
El cardenal invitó al pueblo católico durante las misas: “si alguien conoce un caso de abuso, denúncielo, puede ser ante los tribunales civiles o ante el tribunal eclesiástico”, donde la Arquidiócesis no protegerá a quien haya “delinquido”, recordó Romero.
El también director de comunicación social de la Arquidiócesis Primada de México mencionó que el cardenal lo ha dejado claro a los sacerdotes varias veces, tanto en público como en privado: “no va a meter las manos por los sacerdotes que sean pederastas”.
Las acusaciones “afectan porque toca la credibilidad de la Iglesia”, no se puede generalizar porque no es así, pues “un problema de pederastia no se da en mayor parte en la Iglesia; es en la familia, y nadie dice nada y nadie está haciendo algo para ayudar”, acusó.
Sobre el supuesto intercambio entre México y Estados Unidos de curas pederastas, resaltó que esa versión “sólo cabe en una mente absolutamente fantasiosa, nadie puede probar semejante afirmación, que por cierto es temeraria y además calumniosa. Ni el cardenal Rivera ni el cardenal Roger Mahony, harían una cosa semejante”.