Mantendrá su compromiso de alcanzar un alto superávit presupuestario
Reuters
BRASILIA, BRASIL.- Brasil, uno de los mayores deudores mundiales del Fondo Monetario Internacional (FMI), anunció ayer que por primera vez desde 1998 dejará de tener un acuerdo de crédito con el organismo, ya que la mejora en las condiciones de su economía hizo innecesario renovar el programa vigente.
El ministro de Hacienda, Antonio Palocci, dijo al anunciar la decisión que el país mantendrá su compromiso de alcanzar un alto superávit presupuestario primario, del 4.25 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), y su agenda de reformas económicas.
"Es una decisión muy madura. Se redujo la vulnerabilidad de la economía de manera constante, vivimos un ciclo de crecimiento vigoroso. Las cuentas externas tienen un comportamiento muy favorable. Eso nos hizo proponer al presidente (Luiz Inácio) Lula (da Silva) y a las autoridades del Fondo no renovar el presente acuerdo", indicó.
El acuerdo vigente de Brasil con el FMI, por 41,700 millones de dólares, vence a fin de este mes.
El presidente Lula da Silva, aseguró que la decisión fue tomada con "serenidad y tranquilidad" y que su gobierno "conquistó el derecho de caminar con sus propias piernas".
Lula, que durante sus años como opositor fue un duro crítico del FMI, dijo también que el acuerdo con el organismo" dio sostenibilidad para que Brasil pudiera sobrevivir" y aseguró que no tener ahora un programa con el Fondo no significará dejar de lado la responsabilidad con los gastos gubernamentales.
"La responsabilidad con el dinero público es una obligación", señaló.
Palocci, por su parte, prometió que Brasil, aún sin contar con un programa crediticio con el Fondo, mantendrá "siempre" el esfuerzo fiscal necesario para mantener la abultada deuda pública en una trayectoria de disminución.
"Reafirmamos la continuidad de los presupuestos más importantes de la política económica", dijo el ministro, considerado uno de los responsables por el giro hacia la ortodoxia económica hecha por el izquierdista Lula al llegar al gobierno en 2003.
Palocci había dicho en febrero que la mejora en la economía del país había tornado innecesaria esa renovación. Sin embargo, el FMI, el mes pasado, indicó que estaba listo a firmar un nuevo acuerdo si el país lo deseaba.
El anuncio pondrá fin a los programas que el país mantenía con el Fondo ininterrumpidamente desde 1998, cuando una fuga de capitales tras la moratoria rusa anticipó una devaluación de su moneda, el real, que lo llevó a recurrir a la ayuda del organismo.
"Brasil no debe temer por su futuro. El país ha aprendido de sus errores", dijo Palocci, aludiendo a la fuerte inflación, el desorden fiscal y hasta la moratoria con sus acreedores externos que caracterizó al país en la década de 1980 y hasta inicios de los años noventas.
La semana pasada, un informe del FMI indicó que la economía brasileña disfruta de las mejores condiciones en años, aunque pidió a las autoridades mantener la inflación bajo control.
Desde que asumió el gobierno en 2003, el presidente Lula ha mantenido altos superávits presupuestarios primarios y el Banco Central una dura política monetaria, que sirvieron para restaurar la confianza inversora en el país y disminuir la inflación.
"Creo que el país se preparó para eso (no renovar), principalmente con la recomposición de reservas internacionales y la disminución de la deuda atada al dolar", dijo Alexandre Lintz, economista jefe de BNP Paribas.
Lintz , sin embargo, apuntó que "sería mejor" si la decisión de no renovar el acuerdo con el FMI fuese acompañada por un aumento en la meta del superávit primario para este año, actualmente en un 4,25 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
El ex presidente Fernando Henrique Cardoso, quien como mandatario de Brasil en 2002 suscribió el mayor acuerdo de asistencia entre un país y el FMI, apoyó la decisión de Lula de no renovar el programa.
"Acuerdo con el FMI es sólo cuando se hace necesario. Si no hubiera necesidad, no hay por qué mantener", dijo al participar en un seminario en Sao Paulo.
Estudian Argentina
El Fondo Monetario Internacional dijo ayer que aún estudia el resultado del intercambio de deuda que completó Argentina, lo que deja la puerta abierta a un futuro pedido a Buenos Aires para que renegocie con los acreedores que rechazaron la oferta.
El organismo dijo en un comunicado que está analizando el resultado de la operación -en la que un 76.15 por ciento de la deuda incumplida fue canjeada según los términos propuestos por el gobierno- en el contexto de las reglas del FMI sobre "préstamos a un país con atrasos".
Esas reglas, que fueron concebidas en la década de 1980 como una herramienta para resolver crisis de deuda, le permiten al FMI prestarle a países sólo si negociaron con sus acreedores "en buena fe".
Argentina cayó en un incumplimiento de pagos en enero de 2002 sobre una deuda que sumaba al momento del canje 102,600 millones de dólares, contabilizando los intereses atrasados.
El comunicado del FMI parece haber sido emitido por el organismo para clarificar unos comentarios de su portavoz, Thomas Dawson, quien dijo la semana pasada a periodistas que una reapertura del canje "no es algo que nosotros estaríamos pidiendo".
El canciller argentino Rafael Bielsa reiteró el lunes en Ankara que el gobierno no planea reabrir la oferta de canje.
El FMI y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos han expresado su preocupación por la situación de los acreedores que no aceptaron la oferta, que cerró el 25 de febrero e implicó para los tenedores de bonos recibir unos 30 centavos por cada dólar de valor nominal de los títulos orginales.
"La estrategia frente a la deuda no reestructurada será discutida más adelante para garantizar que satisfaga la política de préstamos a países con atrasos", dijo el comunicado, dejando entrever que el organismo sí está interesado en discutir cómo se lidiará con los tenedores de bonos que rechazaron la propuesta.
Se espera que el resultado del canje sea parte de las discusiones del FMI con el Gobierno enmarcadas en el revisión anual de la economía del país, conocidas como revisión Artículo IV, un control anual que hace el organismo de las economías de sus 184 miembros.
En esa revisión se espera que el FMI también incluya un análisis sobre el panorama futuro de la deuda del país.
Elogian decisión
Estados Unidos destacó ayer la decisión de Brasil de rechazar la renovación del acuerdo financiero por 40 mil millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la que calificó como un logro financiero "único".
El secretario del Tesoro, John Snow, señaló que la decisión anunciada en Brasilia por el ministro de Finanzas, Antonio Palocci, "refleja la fortaleza de la economía brasileña y sus políticas y mucho del crédito es del presidente (Luiz Inácio) Lula (Da Silva)".
Recordó que bajo el gobierno de Lula, Brasil ha reducido la inflación, la deuda externa y ha establecido las bases para un sólido crecimiento económico, alcanzando niveles de 5.2 por ciento, dejando atrás los efectos de la crisis financiera de 2002.
Snow se dijo "impresionado" por la agenda que el gobierno brasileño ha establecido para fortalecer el marco económico y reducir las vulnerabilidades y mantener el crecimiento económico.
"El anuncio de hoy muestra los resultados que pueden ser logrados cuando se implementan y mantienen buenas políticas, y vamos a buscar continuar trabajando junto con nuestros amigos brasileños para identificar políticas que favorezcan el crecimiento", dijo.
Se prevé que sin la renovación del acuerdo con el organismo internacional, el Gobierno de Lula podrá avanzar en sus metas fiscales, liberando además más dinero para inversiones.
En la reciente revisión del acuerdo, el FMI aseguró que la economía brasileña disfruta de las "mejores condiciones en años" en el sector financiero, aunque pidió de todas formas a las autoridades mantener la inflación bajo control.
El último convenio de Brasil con el FMI, suscrito en septiembre de 2002 y que vence el próximo jueves, abrió al país sudamericano un crédito de 42.1 mil millones de dólares, de los cuales el gobierno de Lula utilizó sólo 26.3 mil millones.
