DURANGO, DURANGO.-Aclara la persona secuestrada que se escapó del lugar donde lo tenían, sin la ayuda de nadie, contradiciendo a lo que dijo el procurador, que había sido rescatado, él solo se trasladó a la Dirección de Averiguaciones Previas, después de que se había suscitado la balacera, donde pereció su plagiario.
Heliodoro Díaz, el doctor que fue privado de su libertad a las primeras horas del miércoles 6 de julio al entrar a su casa, narró como sucedieron los hechos de su secuestro.
Dijo que cuando llegó a su casa en el fraccionamiento Real del Mezquital, aproximadamente a la una de la mañana, abrió el portón eléctrico, entró a bordo de su vehículo y al bajar se percató de la presencia de una persona, la cual traía un pasamontañas y vestía de color oscuro.
El secuestrador, rápidamente le dijo que no intentara nada, apuntándole con una pistola, y lo subió al carro del mismo doctor y se lo llevó a una casa ubicada en el fraccionamiento Villas del Guadiana III, posteriormente el plagiario regresó el carro a la residencia del médico.
El secuestrado estuvo todo el tiempo atado de pies y manos, además con una cinta adhesiva en los ojos, por lo que asegura el plagiado que nunca vio la cara del delincuente.
Heliodoro, recalcó varias veces que solo una voz escuchó durante su encierro, señalando que una sola persona fue el autor intelectual y material de este hecho.
El doctor estuvo alimentado y atendido hasta que se presentó el día en que Delfino Cañaveral, ahora identificado como el responsable del plagio, fue a cobrar el rescate.
Las cercanías del fraccionamiento donde estaba incauto el médico al lugar donde se registró la balacera, en donde quedó muerto el secuestrador un policía, pusieron alerta al Heliodoro, pues hasta ahí escuchó los disparos y decidió escapar, rompiendo una tela (mosquitero) de la ventana de la habitación donde estuvo encerrado, ubicada en el segundo piso de la casa.
Al momento de salir a la calle, evitó cualquier contacto con la gente que pasaba, pues dijo que tenía miedo de que el secuestrador anduviera cerca, se dirigió a una calle oscura y tomó un taxi que lo llevara a la DAP.
De ahí, los agentes ministeriales lo hicieron que los llevara a la casa donde estuvo encerrado, pero el doctor no logró identificar el sitio y fue hasta otro día cuando dieron con el domicilio del fraccionamiento Villas del Guadiana III.
Lo llevaron a la Procuraduría, en donde vio que llevaron a su ex esposa, quien tenía vida intima con el secuestrador, pero que al final no se le comprobó relación alguna con el plagio, y hasta muy tarde le tomaron su declaración.
Agregó que de parte del Ejercito Nacional, lo hicieron que escuchara voces de militares que tenían cercanía con el plagiario, para ver si identificaba alguna, pero dijo Heliodoro que no se le hizo conocida ninguna.
Al final, el doctor señaló que en cuanto al medicamento controlado que se le encontró en su casa, no son más que muestras de una o dos pastillas cada paquete y que las iba a tirar, además de negar que había recibido un deposito de 200 mil pesos recientemente, sino que ese dinero ya lo tenía ahorrado desde hacía mucho.
