Es Camilla objeto de críticas y comparaciones con Lady Di, además despierta poco interés su llegada a EU.
Nueva York, (EFE).- Los esfuerzos de Camilla Parker Bowles por causar el mismo impacto que Diana de Gales en su primera visita oficial a Estados Unidos no han surtido efecto, a la vista de las críticas y poco entusiasmo que despertó su llegada a este país.
Aunque la pareja sólo ha pasado una jornada en suelo norteamericano, la presencia del príncipe Carlos y la duquesa de Cornualles quedó el martes eclipsada en Nueva York, ciudad desde la que viajan hoy a Washington, por los recuerdos de la primera visita que realizó Lady Di, hace ahora veinte años.
La prensa neoyorquina ha aprovechado la ocasión para recordar la pasión, el carisma y el glamour que desplegó la Princesa de Gales en 1985, atributos de los que carece la nueva esposa del heredero británico, según han afirmado algunos columnistas.
"Pese a no poseer la belleza, ni la sencillez y ni el encanto de Lady Di, Camilla se ha rodeado de un enorme grupo de asistentes con objeto de proyectar una imagen glamurosa, alejada de la amante malvada que echó por tierra el cuento de hadas", escribió el martes Marsha Kranes en el diario "New York Post".
Algunos diarios han publicado incluso fotografías de una radiante y espectacular Diana de Gales, abriendo un baile de gala en la Casa Blanca, en 1985, a sabiendas de que Camilla asistirá a una cena similar con el presidente estadounidense, George W. Bush, y que las comparaciones serán inevitables.
Muchos se esfuerzan en recordar la imagen rural y tosca de la nueva duquesa de Cornualles, pese a sus esfuerzos por vestir elegantes trajes y joyas. "Bebe, monta a caballo y fuma, o al menos lo hacía", recuerda la columnista Andrea Peyser.
La falta de carisma de Camilla ha hecho, por tanto, que este viaje genere muy poco entusiasmo, como revela una encuesta elaborada por Gallup para el diario "US Today", según la cual, sólo el 6 por ciento de los preguntados están interesado en el periplo real.
Por contra, el 88 por ciento reconoce no tener "ningún interés" y un 13 por ciento "sólo un poco".
Además, el 19 por ciento dice que le gustaría conocer a Carlos y Camilla, en tanto que en 1985, el 31 por ciento de los estadounidenses encuestados dijo querer conocer a Carlos y a Diana.
Los diarios destacan también que la imagen de Camilla Parker Bowles es prácticamente desconocida entre los neoyorquinos.
El corresponsal en Nueva York del "Daily Mirror" aseguró haber mostrado una fotografía de Camilla a los viandantes de Times Square, y muchos la identificaron con la ex primera dama Nancy Reagan, con la reina Isabel II o con la escritora de novelas rosas Bárbara Cartland.
Pese a esta tibia acogida, la pareja inició su programa de actividades nada más bajar del avión, con una visita a la "zona cero", donde se levantaban las torres del World Trade Center.
Allí, el príncipe de Gales y su esposa rindieron tributo a las personas que fallecieron en los atentados del 11 de septiembre de 2001 e inauguraron el British Memorial Garden en recuerdo a las 67 víctimas británicas.
En el jardín, que estará finalizado el próximo verano, habrá una escultura del artista Anish Kapoor.
En su primera comparecencia pública, Camilla, que viaja con un total de 50 trajes para sus ocho días de visita, se vistió con un traje de chaqueta y falda en rojo del diseñador Roy Allen.
Más tarde, la pareja se desplazó a la sede de las Naciones Unidas para almorzar con el secretario general, Kofi Annan, y con posterioridad el príncipe Carlos participó en una reunión sobre jóvenes y desempleo.
Al final del día, Carlos y Camilla acudieron a una recepción en el Museo de Arte Moderno, a donde acudieron multitud de celebridades.
Entre los invitados estaban el actor Robert De Niro, el director de cine Steven Spielberg, el cantante Sting, y el ex alcalde Rudolph Giuliani.
En este viaje, que pretende estrechar los lazos entre los dos países, el príncipe y la duquesa tienen previsto visitar a las víctimas de los huracanes en Nueva Orleans, así como a los más desfavorecidos en San Francisco.