Son empeñados diariamente alrededor de 370 objetos en el Monte de Piedad, ente los que destacan joyas y alhajas; sin embargo, debido a la temporada navideña también se llevó un gran número de modulares y hornos de microondas, así como herramientas de trabajo, señaló Carlos Rivera Arriaga, gerente de la sucursal No. 23 del Montepío.
Rivera Arriaga atribuye dicha situación a que muchas de las personas que se residen en Estados Unidos aún no regresan a dicho lugar, por lo que acuden a este establecimiento a empeñar prendas para pagar deudas o bien gastar ese dinero durante su estancia en la ciudad de Durango.
Mencionó que a partir del primero de enero se tienen estimados cerca de 12 mil empeños y en la próxima semana aún se espera gran cantidad de movimiento en esta sucursal.
Añadió que el 95 por ciento de las personas que acuden a empeñar objetos regresan a recuperarlos después de un tiempo; dentro de este porcentaje se incluye a las personas que trabajan en Estados Unidos, ya que sus familiares acuden a desempeñar las prendas.
El Nacional Monte de Piedad contaba con una capilla, que era el espacio ideal para celebrar oficios religiosos, la cual fue reubicada en 1848 en una de las dependencias interiores del edificio que actualmente ocupa el Montepío, y en 1962 quedó cerrada definitivamente al culto religioso. Hoy en día es un museo que resguarda un altar finamente tallado en madera, un confesionario, cuadros alusivos a ?La Piedad? y ornamentos sagrados que datan de los siglos XVIII y XIX, además de conservar colecciones de relojes antiguos, obras de arte, así como libros y archivos coloniales de la institución. Esta capilla es una prueba de la fuerte relación que tenía el ámbito económico con el religioso en los tiempos en que se fundó esta institución; los cuadros y medallones recuerdan constantemente el fugaz paso del hombre por el mundo, así como su necesidad de tener efectivo en momentos clave de su vida.