EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Horrible muerte encontró Juan de Dios Mota Hernández, cuando la mañana de ayer realizaba trabajos de impermeabilización en la azotea de un domicilio de la colonia Nueva Rosita y accidentalmente su cabeza tocó unos cables de la Comisión Federal de Electricidad, recibiendo fuerte descarga que provocó su deceso.
El trágico incidente ocurrió alrededor de las 11:30 horas cuando Juan de Dios, de 37 años de edad, vecino de avenida Gómez Palacio, No. 169 de la colonia Las Julietas, se encargaba de aplicar material térmico aislante en la azotea de una vivienda.
En la parte baja de ese domicilio localizado en avenida ?C? No. 1715 de la colonia Nueva Rosita, entre la calle Múzquiz y bulevar Independencia, se encontraba su compañero, José Alfredo Espinoza Salazar.
Juan de Dios se hallaba absorto en sus labores, y no se dio cuenta que arriba de su cabeza, a pocos centímetros, estaban unas líneas eléctricas a las que se acercó de manera involuntaria, dándose cuenta muy tarde de su grave error.
José Alfredo pudo apreciar cuando se suscitó un chispazo que por unos instantes lo cegó, pero luego de varios segundos pudo apreciar cómo el cuerpo de su compañero de trabajo era arrojado con fuerza hacia el techo de la casa que impermeabilizaban.
Aún con la esperanza de encontrarlo con vida corrió hasta la azotea, donde observó que del cuerpo de su compañero emanaba humo, despidiendo además un fuerte hedor a carne quemada, dándose cuenta que su amigo ya había fallecido.
Pese a ello solicitó la ayuda de los cuerpos de rescate a través del 060, haciendo su arribo hasta el lugar poco después, al igual que elementos de Seguridad Pública, que una vez que comprobaron que la persona estaba sin vida, dieron aviso a las autoridades correspondientes.
Decenas de curiosos se dieron cita en las afueras del domicilio donde ocurrió la tragedia, haciendo imposibles, por momentos, las labores de rescate de personal de bomberos y Cruz Roja, por lo que hubo necesidad de que interviniera Seguridad Pública, cuyos agentes acordonaron el área para impedir que se acercaran dichas personas.
José Alberto del Río Saldaña, agente en turno del Ministerio Público de Delitos Contra la Vida y la Salud Personal, mesa cuatro, se constituyó en el sitio del fatal accidente para dar fe del cadáver y ordenó su traslado al anfiteatro para que se le practicara la necropsia de Ley.