EFE
MOSCÚ, RUSIA.- Moscú recibió ayer a Condoleezza Rice en su primera visita a Rusia como secretaria de Estado de Estados Unidos (EU) con una amenaza de bomba en su hotel moscovita y una cena con el ministro ruso de Defensa, Serguéi Ivanov.
Poco tiempo después de que las agencias anunciaran la llegada de Rice y difundieran sus palabras sobre la involución democrática en Rusia, fuentes oficiosas revelaron un cambio de ruta de su comitiva y las autoridades confirmaron que fue por un aviso de bomba.
?Se recibió una llamada telefónica anónima anunciando la colocación de dos bombas, dentro y cerca del hotel? Renaissance, que debía albergar a Rice, dijo un portavoz del ministerio ruso de Emergencias.
Tras ser advertido el dispositivo de seguridad estadounidense, la comitiva de la secretaria de Estado cambió de itinerario y se dirigió a la residencia del embajador de EU ante el Kremlin, Alexander Vershbow.
La Policía, que dio cuenta de un aviso similar en otro hotel de Moscú, el ?Radisson-Slavyanskaya?, se mostró convencida de que se trata de casos de ?terrorismo telefónico?, y más tarde precisó que durante los registros de los hoteles no se hallaron bombas.
La embajada estadounidense confirmó que el cambio de ruta fue por ?motivos de seguridad?, y agregó que Rice no modificará el programa de su visita de dos días, centrada en los preparativos de la cumbre de mayo entre los presidentes de EU, George W. Bush, y Rusia, Vladimir Putin.
Pero Rice ha adelantado que también se propone hablar sobre los retrocesos en la democracia en Rusia y el estado de los arsenales nucleares, para evitar su proliferación, y a cambio exponer a Moscú los incentivos de una mayor cooperación económica con Occidente.
En declaraciones en el avión, Rice dijo que está ?muy preocupada? por la concentración excesiva de poder en manos de Putin, y señaló que ?las tendencias en el ámbito de la democracia no son nada optimistas? en Rusia.
?Nos preocupa la centralización del poder en manos del presidente a costa de las instituciones llamadas a equilibrar los poderes, como el Parlamento o un sistema judicial independiente, así como la ausencia de medios de comunicación independientes?, dijo.
Aunque se opuso a quienes piden expulsar a Rusia del Grupo de los Ocho de países industrializados al decir que EU no quiere el ?aislamiento? de Rusia, Rice admitió que se debe instar al Kremlin a que respete las libertades fundamentales y la propiedad privada.
Parte de la clase política rusa responde a esas críticas con acusaciones a EU de alentar ?revoluciones de terciopelo rusófobas? en la comunidad postsoviética para restar influencia geopolítica a Moscú y preparar revueltas y cambios políticos en Rusia.
Además del recibimiento con un aviso de bomba, Rice pudo conocer esos ánimos por un ?mitin antiestadounidense? que congregó a unas 600 personas ante el consulado de EU en Yekaterinburgo, en los Urales, con motivo de la visita de la secretaria de Estado.
La jefa de la diplomacia de Estados Unidos pareció no inmutarse, y anoche se reunió para cenar con el ministro de Defensa, mientras que hoy miércoles, será recibida por Putin y se entrevistará con el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.
Aunque en Rusia también crecen los temores a un enfriamiento de las relaciones entre los dos países, fuentes oficiales rusas procuraron dar a la visita de Rice un carácter meramente técnico y centrado en la próxima cumbre.
?La preparación de la cumbre, que tendrá lugar en la capital rusa en el Día de la Victoria en la Segunda Guerra Mundial, el nueve de mayo, es el principal objetivo de la visita de la secretaria de Estado a Moscú?, declaró un portavoz del Ministerio ruso de Exteriores.
El Kremlin precisó que también se analizará ?la marcha del cumplimiento de los acuerdos alcanzados por Bush y Putin durante su anterior cumbre en Bratislava?, donde sentaron las bases de las relaciones bilaterales durante sus respectivos segundos mandatos.
Algunos políticos y expertos rusos temen una nueva política de EU hacia Rusia que califican de ?rusoescepticismo?, es decir la desilusión por los retrocesos en democracia y la creciente injerencia del Estado en la economía.
Pero el Kremlin apuesta por su papel de fiel aliado de Washington en la lucha contra el terrorismo internacional y también espera que sus ofertas de suministro de gas y petróleo prevalezcan sobre las preocupaciones de EU por el estado de las cosas en Rusia.
Rice, especialista en Rusia, también ha dado a entender que no se propone arrinconar a este país, sino que actuará de forma más sutil, animando al Kremlin a proseguir las reformas y atrayendo a Rusia a una mayor cooperación bilateral y multilateral con Occidente.