Nacional Claudia Sheinbaum Seguridad Narcotráfico Generación Z Pensión Bienestar

Reciben a los difuntos con coloridos festejos

En Santa Cruz Xoxocotlán es donde inicia la celebración a los muertos.

Notimex

Oaxaca, oaxaca.- Como en ningún otro estado del país, la celebración de los fieles difuntos adquiere gran relevancia en cada una de las ocho regiones que conforman Oaxaca debido a la gran tradición prehispánica.

Ubicada en la zona de los Valles Centrales, en el municipio de la ciudad de Oaxaca de Juárez se encuentra la Santa Cruz Xoxocotlán, que significa ?junto a los frutos muy ácidos o agridulces?.

Según la investigadora Luz María González Esperón, en su libro La Celebración de muertos en Oaxaca, es en ese lugar donde se llevan a cabo los festejos más vistosos y donde comienza la celebración de los santos difuntos. ?El 31 de diciembre comienzan las fiestas con la tradicional visita a los cementerios de Santa Cruz Xoxocotlán. Durante toda la noche, la gente comparte sus alimentos con sus difuntos, mientras se oyen cantos y rezos?, refiere González Esperón.

En Santa Cruz comparsas, grupos de músicos y enmascarados deambulan por las calles la noche del primero de noviembre. Recorren la población bailando y recitando coplas para ?ahuyentar? a los muertos.

El padre José Antonio Gay, en el libro, Historia de Oaxaca, analiza esta práctica pues los antiguos creían que tales rituales las almas retornaban a su lugar de procedencia.

?Después de cantar y rezar algunas oraciones de rodillas ante cada uno de los altares de muertos, los grupos de músicos recogen y se llevan consigo los regalos allí recibidos?, relata dicha obra.

La preparación de las comparsas comienza desde el mes de septiembre. El comité organizador abre la convocatoria para que los jóvenes oriundos, conformen un grupo integrado por 30 o 35 personas.

Con la ?levantada de muertos? comienza la celebración de las comparsas, entonces, al toque de una campanita los músicos y enmascarados recorren casa por casa pidiendo que les den sus muertos, es decir, comida o bebida.

Sin embargo, antes que los habitantes de cada morada les den estos obsequios, los miembros del grupo deben representar un cuadro con diálogos satíricos, normalmente en verso.

El dos de noviembre, el grupo se reúne en el centro de la población, donde se lleva a cabo un baile. La celebración concluye con la repartición de los muertos, los alimentos y bebidas juntadas en esas dos noches.

Los enmascarados que conforman las comparsas, representan a personajes de la comunidad, mismos que son parodiados en cada uno de los versos que se recitan durante las representaciones.

Además de comparsas, los altares de muertos que se instalan en cada una de las casas están llenos de simbolismos. El origen de esta tradición, como en el resto del país, es completamente prehispánica.

En Santa Cruz Xoxocotlán, como en la mayoría de las regiones del estado, el 31 de octubre se inicia la colocación del ?altar? de muertos en las habitaciones principales de cada casa.

María González da cuenta en su libro que los sitios donde se colocan los altares deben estar muy limpios, y que el mismo día que se comienzan a colocar, deben quedar listos.

Los altares de ese sitio y del resto de la entidad se caracterizan porque llevan un arco de carrizo de varas o de cañas, las cuales se colocan una a cada extremo de la mesa donde se instala el altar.

?Este arco nos habla de la dualidad entre el cielo y la tierra, una caña representa al primero, lugar donde habita Dios, la otra significa la tierra, la habitación del hombre, del tiempo?.

De tal manera que el arco representa del deseo del hombre de unirse, de religarse con quienes habitan en el cielo, con sus muertos, quienes ya no morirán otra vez.

La persistencia del uso de la caña de azúcar para formar el arco referido, radica en que de ella se obtenía el dulce y el tepache, bebida que surge de la fermentación del sumo de la caña.

Aparte del arco mencionado, el altar se compone de los platillos típicos de la región, como el mole negro, el chocolate, las tortillas de maíz de gran tamaño, los chapulines, vasos de mezcal o cerveza.

En esos altares, también se pone el pan de muerto y las flores de cempazúchitl, las cuales están ligadas al ciclo agrícola que en Oaxaca se cierra en noviembre. Igual lo hacían los pueblos prehispánicos, al llegar el Otoño.

Leer más de Nacional

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nacional

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 178090

elsiglo.mx